La minera está a la espera de la aprobación del proyecto que extenderá la operación, para ingresar un EIA para aumentar significativamente la producción de cobre de Quebrada Blanca.
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Mientras algunas mineras desechan inversiones, Quebrada Blanca -propiedad de Teck, Inversiones Mineras y la Empresa Nacional de Minería (Enami)- están allanando el camino para extender su vida útil hasta a lo menos el 2020 e ingresar un nuevo proyecto que permitirá elevar su producción a aproximadamente 200 mil toneladas de cobre fino contenido en concentrado y 5.000 toneladas de molibdeno al año.
Durante los últimos meses, la controladora de Quebrada Blanca, Teck, se reunió con más de cinco organismos para presentarles el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto que permite actualizar sus instalaciones y extender su vida útil. En dichas instancias, la minera además presentó sus aprensiones respecto a la paralización en la tramitación ambiental.
Entre las reuniones que tuvo la minera está con el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), la Subsecretaría de Servicios Sociales y la unidad de inversiones mineras de la Subsecretaría de Minería. En esta última, el acta de la reunión indica que Teck expresó “su preocupación por eventuales nuevas suspensiones de plazo en el marco de la evaluación ambiental del proyecto Actualización Quebrada Blanca, lo que retrasaría la puesta en marcha del proyecto dentro de los plazos planificados”.
A principios de noviembre, la directora de responsabilidad social y asuntos corporativos de Teck Chile, Amparo Cornejo, y el gerente de asuntos corporativos de Teck Quebrada Blanca, Patricio Pinto, se reunieron con el seremi de Minería de Tarapacá y la intendenta de dicha región, Claudia Rojas, para reiterarles su preocupación. Incluso, en aquella ocasión, desde la minera pidieron que mientras se realizan las reuniones con las comunidades en el marco de la consulta indígena se avance en paralelo con otros temas.
Para la minera es imperativo que el proyecto sea aprobado lo antes posible, ya que permitirá extender su vida útil al menos hasta el año 2020. Desde la minera esperaban iniciar la ejecución del proyecto a medidas del año pasado, pero los servicios aún se encuentran respondiendo la primera adenda del EIA.
Además, se está esperando la aprobación de este proyecto de actualización para ingresar a trámite ambiental el proyecto que expandirá las operaciones de la mina, llamado Quebrada Blanca Fase 2, que de acuerdo con estudios preliminares, permitiría alcanzar una capacidad de producción de aproximadamente 200 mil toneladas de cobre fino contenido en concentrado y 5.000 toneladas de molibdeno al año. Al interior de la minera hay esperanzas que la Comisión de Evaluación Ambiental dé luz verde al proyecto durante el primer semestre, lo que permitirá adelantar la entrada de Quebrada Blanca Fase 2, que extenderá la vida productiva de la mina 30 años más.
Las estimaciones iniciales indicaban que la inversión total requerida del proyecto alcanzaría US$5.600 millones, pero esto está actualmente en revisión.
“La actividades relacionadas al proyecto Quebrada Blanca Fase 2 continúan centrándose en la optimización del capital y permisos regulatorios, ya que se espera reducir sustancialmente los costos iniciales para el proyecto. De esta manera, esperamos hacer una nueva estimación del costo del proyecto durante el primer semestre de 2016”, indicaron desde la minera.
Esta iniciativa contempla la construcción de una planta concentradora cercana a la mina; un depósito de relaves; un ducto para el transporte del concentrado de cobre; una planta abastecedora de agua de mar -la que será enviada por un acueducto a la concentradora-; e instalaciones para la recepción, filtrado y embarque del concentrado en el sector de Patache Norte, al sur de Iquique.
Para evitar grandes enfrentamientos por el proyecto, Quebrada Blanca ya inició el proceso de socialización que inició en 2015. Durante el cuarto trimestre del año, se llevó a cabo un proceso de diálogo voluntario con la comunidad para recibir retroalimentación de los interesados en el área de estudio del proyecto. El proceso reunió más de 2.000 personas en toda la región de Tarapacá.
“En el 2016 continuaremos nuestro trabajo de relacionamiento con las comunidades del proyecto Quebrada Blanca Fase 2”, añadieron.
Fuente: Pulso www.chilemineria.cl