La producción de concentrados en Chile inevitablemente va al alza por la acción conjunta de dos elementos: primero el agotamiento de las reservas de mineral oxidado, que son aquellos que para llegar al cátodo no requieren pasar por fundición y refinería, sino que se obtienen por lixiviación y electro obtención.
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Hacia 2020 el 88% de la producción de cobre de mina de chilena corresponderá a concentrados, muy superior al 68% que estos representaron en 2014, según las proyecciones de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
Codelco, a la que este cambio en la estructura de producción de la industria local le afecta especialmente, pues siempre ha privilegiado la venta de cátodos y ahora verá incrementados sus excedentes del metal rojo sin refinar, está desarrollando un proyecto que le permitirá optimizar la comercialización de sus concentrados, reduciendo los costos asociados a ella.
“Hoy Codelco tiene una cartera de productos donde tiene mucho más concentrado que capacidad de fundición y por eso ahora vamos al mercado de concentrados en un nivel mucho mayor que lo anterior y al optimizar la cartera de concentrados lo que se administra es qué concentrados vender y cuáles destinar a la fundición”, explica el vicepresidente de Comercialización de la estatal, Rodrigo Toro.
Reducir costos
Este criterio apunta a priorizar, dentro de los parámetros establecidos por ley, el tratamiento en sus fundiciones y refinerías de los concentrados que tienen más impurezas (asociadas a presencia de arsénico y plomo), cuyo precio tiene un descuento o castigo en el mercado internacional y al manejar internamente esa variable la minera reduce sus costos, comenta el ejecutivo, quien agrega que para concretar ese plan requiere invertir del orden de US$ 100 millones.
“Para optimizar esta comercialización se necesita una logística adecuada, los concentrados son polvo y si no se tratan adecuadamente pasan situaciones como la de Antofagasta, donde el problema se vuelve social por el rechazo de la comunidad a su almacenamiento y manejo”, dice el ejecutivo de Codelco.
Este metal sin refinar se concentra en las operaciones del norte de la minera: Chuquicamata y Ministro Hales, donde a futuro se sumará el aporte de la explotación de los sulfuros de Radomiro Tomic.
Toda esta producción se embarca para su venta en el Puerto Angamos, en la Región de Antofagasta.
El proyecto, que está en su fase de factibilidad y tiene un horizonte de ejecución de tres años, considera no sólo ampliar las instalaciones de Codelco en ese terminal para recibir los mayores volúmenes de concentrados, sino que también construir una bodega de grandes dimensiones, que permita clasificar y separar los concentrados de acuerdo a su calidad, pero evitando el contacto con el ambiente.
“Este diseño apunta a poder llegar a estándares de clase mundial en el manejo de concentrados. La idea es confinarlos, mantenerlos aislados en toda la ruta de traslado, que se puedan acopiar y separar por calidades”, explica Toro.
Segunda fase
Aunque hasta ahora la capacidad de carga del puerto es suficiente para responder al requerimiento de Codelco, en el mediano plazo sería necesario ampliarla, para lo cual, señala Toro, existe la posibilidad de adaptar el terminal de graneles que hoy recibe el carbón para las termoeléctricas, ya que allí hay espacio para habilitar una línea de carga con un brazo o shiploader, que permita descargar directamente en el buque tras el traslado en una cintra transportadora confinada.
Los montos de inversión que se están manejando en la ingeniería de factibilidad, no consideran esta segunda etapa de habilitación del muelle pero si la de instalaciones a nivel de mina y la posibilidad de cambiar el transporte actual en camiones por un tren.
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Fuente: Diario Financiero www.chilemineria.cl