Vittorio Corbo: Si esto no se logra, advierte el ex presidente del BC, no está asegurada la expansión entre 2,5% y 3,5% que proyectó el instituto emisor para 2015. Realiza un llamado a despejar las incertidumbres y sobre las reformas plantea que no se puede tener mil prioridades: «Si le va a dar más prioridad al crecimiento, a algo le va a tener que dar menos».
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Si bien a juicio de Vittorio Corbo los riesgos de la economía internacional para 2015 han aumentado, la clave que determinará si Chile logra algún grado de recuperación el próximo año sigue siendo interna. El investigador senior del Centro de Estudios Públicos (CEP) asegura que la desaceleración que se iba a producir de todas maneras, por el cambio en las condiciones externas, “se ha visto exacerbada por la incertidumbre que han creado las reformas” del Gobierno. Por lo mismo, aboga por recuperar las expectativas acotando los cambios de política que el Ejecutivo busca implementar. “Esa debiera ser una preocupación mucho más importante que la que se ha tenido hasta ahora, porque hay otra realidad. La economía está creciendo poco y eso no estaba en los libros cuando esta administración hizo sus planes”, advierte. Añade que “hay que sacar la neblina y eso va a hacer que más aviones lleguen acá (a Chile)”.
De cara al 2015, ¿cuál es su estado de ánimo frente a la persistencia de la desaceleración que vive el país?
Lo importante es entender las causas de lo que ha pasado y cuáles son las perspectivas. Claramente la economía sigue con un crecimiento muy débil, con cualquier indicador estamos creciendo menos de 2%. Se ha seguido perdiendo fuerza y lo que preocupa bastante son las deprimidas expectativas de empresarios y consumidores. Eso ha postergado cualquier recuperación de la actividad interna, porque están muy cautos en sus compras los consumidores y muy cautas en sus decisiones de inversión las empresas, y no se ven razones para que se vayan a dar vuelta estas expectativas en forma rápida. Al contrario, si pensamos en las expectativas de los consumidores, lo más probable es que el mercado laboral se va a seguir deteriorando por el hecho de que las empresas están ajustando sus planes de inversión. Entonces, si cualquier cosa, las expectativas de los consumidores lo más probable es que se mantengan deprimidas, con lo cual el crecimiento del próximo año de nuevo va a ser bajo.
Desde esa perspectiva, ¿qué tan grave o delicada es la situación?
Si uno tiene un auto que puede ir a una velocidad promedio de 90 km por hora y uno quiere llegar al lugar de destino con cierta premura, ir a 50 o 60 km por hora no hay duda que es algo que no le gusta al piloto. Estamos creciendo hoy bastante por debajo de nuestro potencial, unos 2 puntos menos, y eso tiene consecuencias en el bienestar del país. Nuestra clase media, que se ha beneficiado significativamente del crecimiento del país de los últimos 25 años, va a tener que ir mejorando ahora más lento, y en muchas naciones eso lleva a frustraciones e inquietud porque se piensa que el progreso debe seguir al ritmo que se traía.
¿Comparte la proyección de crecimiento de 2,5%-3,5% para 2015 del BC?
El BC también dijo que esa proyección tenía sesgo a la baja. Crecer a 2,5%-3,5% va a requerir un cambio en las expectativas y eso todavía no está asegurado. Yo creo que crecer el próximo año más que este año es muy probable, pero crecer mucho más que este año es poco probable. Así, veo factible estar más cerca de la parte baja del rango 2,5%-3,5%.
¿Cuáles serán los factores que ayudarían a ese pequeño repunte?
De partida, que las condiciones afuera van a ser algo mejor en crecimiento, aunque peores en materia financiera. También va a ayudar que lo más probable es que el precio promedio del petróleo sea menor al de este año, lo cual es ingreso para los consumidores y colabora en algo a mejorar sus expectativas, balanceando en parte el efecto del deterioro del mercado laboral. Una economía mundial algo más robusta va a favorecer a las exportaciones, las que también se verán beneficiadas por la depreciación que ha tenido nuestra moneda. Pero coincido con el BC en que el consumo va a seguir creciendo a un ritmo muy tenue y es el 65% de la demanda, y la inversión también estará muy débil y es poco más de 20% de la demanda. Entonces tenemos 85% de la demanda débil.
¿Las políticas monetaria y fiscal también debieran ser factores impulsores?
La política monetaria bastante impulsora, porque dada su credibilidad, el BC ha jugado un importante rol contracíclico. Si se da el escenario que el instituto emisor plantea para 2015, el cual comparto en gran parte, de que el salto de la inflación ha sido transitorio y que hacia adelante va a estar por debajo de 3%, es probable que incluso incluya más estímulo.
En la parte fiscal ya hubo bastante estímulo este año, porque el balance ajustado por el ciclo se deteriora 3 a 4 décimas, y el 2015 se va a deteriorar 1 o 2 décimas más, y aunque crece mucho la inversión pública, eso está financido en gran parte con aumento de impuestos. Entonces, la expansividad va a ser menor que este año.
¿El sesgo del BC implica que el crecimiento podría irse bajo 2,5%?
Eso no se puede descartar. La economía va a terminar creciendo este año 1,7%-1,8% y el próximo le va a ayudar un poquito la base de comparación, pero de nuevo, lo más probable es que esté en la parte baja del rango del BC, aunque también puede caerse de él.
Factor reformas
¿Qué está impidiendo hoy que la economía repunte?
Chile tuvo un ciclo muy favorable en precios de materias primas, donde el cobre llegó a su peak en 2011. Lo mismo en acceso a condiciones fnancieras internacionales. Es decir, tuvimos un viento de cola salvaje. La economía debía perder fuerza porque estaban cambiando las condiciones. Pero a eso se agrega, sin ninguna duda, que las reformas que ha introducido esta administración han generado incertidumbre hasta que veamos cómo van a impactar. La reforma tributaria creó incertidumbre en las etapas iniciales y ahora subsiste respecto de su aplicación. A la de educación aún le queda mucha discusión respecto a si enfrenta los problemas de verdad del país, que es la calidad que reciben los más pobres. Lo vemos en las encuestas y eso también crea preocupaciones y exacerba una desaceleración que se iba dar sí o sí.
¿Comparte el juicio de que algunas de las políticas que ha impulsado este Gobierno son reñidas con el crecimiento?
El programa que planteó este Gobierno al comienzo suponía que la economía seguía creciendo entre 4% y 5%, y por muchas razones eso no se ha dado. Entonces, más que reñidas con el crecimiento, la atención no estaba focalizada en el crecimiento, porque se suponía que era un dato. Hoy, en cambio, hay que preocuparse mucho más del crecimiento, porque sin crecimiento muchas de estas buenas ideas no van a poder desarrollarse.
Pero el Gobierno insiste en que para ellos el crecimiento tiene prioridad. ¿Ello se nota en sus directrices?
En el caso de Chile seguir creciendo fuerte hacia adelante va a requerir tener un aumento importante en productividad y ahí algún esfuerzo se está haciendo en la parte de energía. Pero el mismo esfuerzo hay que hacerlo en otras áreas y ahí existe una gran oportunidad para esta administración de contribuir, en el sentido de facilitar procesos. En Chile es muy difícil iniciar proyectos porque el proceso interno de aprobación se ha hecho muy complejo y poco predecible. Ahí tiene una labor muy importante el Gobierno en destrabar esos cuellos de botella que van a permitir aumentar la inversión, mejorar la eficiencia en las empresas y la productividad.
¿Cómo se restituye la confianza entre el sector privado y la autoridad?
Con acciones concretas se que tomen, por ejemplo, en el área de la energía para destrabar contratos o dejar que proyectos que cumplan con las condiciones medioambientales sigan llevándose a cabo.
¿Y por el lado de las reformas, debiera haber una remirada?
Deben tomar en cuenta la realidad de que la economía está creciendo muy poco. Uno no puede tener mil prioridades, si le va a dar más prioridad al crecimiento, hay algo a lo que le va a tener que dar menos prioridad y eso tiene que balancearlo la autoridad política.
¿El optimismo que trata de infundir Hacienda es positivo o puede jugarle en contra?
Yo lo que leo de la autoridad de Hacienda es que la economía va a crecer más en 2015 que este año y eso es verdad con la información que tenemos hasta hoy. Pero la diferencia entre los países emergentes por el próximo par de años será entre los que hacen su tarea para aumentar la productividad y los que esperan que Santa Claus llegue de nuevo.
¿Pasar de un crecimiento del PIB de 1,7% a 2,5% da para hablar de recuperación?
En el margen es una recuperación tenue y es un llamado a destrabar más los proyectos y a despejar más las incertidumbres. Si el aeropuerto de Santiago está lleno de neblina el avión no va a parar ahí y se va a ir a otro lugar. Entonces hay que ir despejando incertidumbres y eso va a hacer que más aviones lleguen acá. Esa debiera ser una preocupación mucho más importante que la que se ha tenido hasta ahora porque hay otra realidad. La economía está creciendo poco y eso no estaba en los libros cuando esta administración hizo sus planes.
Hay quienes creen que Alberto Arenas ha renunciado al rol tradicional de los ministros de Hacienda, en cuanto a representar los costos económicos de las decisiones políticas que toman los gobiernos.
Yo no he visto los informes que el ministro Arenas le ha hecho a la Presidenta, puede que le haya informado esos efectos económicos, lo más probable es que sí. Al final es una decisión de la Presidenta.
¿Usted exculpa al ministro de Hacienda de la situación de la economía?
Las decisiones son del gobierno más que todo. A mí me gustaría que al ministro de Hacienda se le hubiese escuchado más, que hubiese dicho las cosas con más fuerza respecto de la desaceleración que tiene la economía y sus implicancias, pero no tengo elementos para juzgar si él lo hizo así o no.
¿Cómo define punto de inflexión y cuándo va a tener lugar en Chile?
Más que punto de inflexión el lenguaje correcto es rebote, porque en el punto de inflexión sólo cambia la curvatura de la tasa de crecimiento. En esos términos yo creo que la economía va a empezar a rebotar en la medición en 12 meses entre el segundo y tercer trimestre del próximo año. De todos será un rebote no muy pronunciado.
¿Cuándo podremos recuperar tasas de crecimiento potencial y a cuánto debiéramos aspirar al respecto?
De acuerdo a nuestro nivel de producto per cápita todavía debieran ser alcanzables tasas entre 4% y 4,5% por otro período más, pero eso no está asegurado dada la caída de la inversión de estos años y que no hemos avanzado en mejorar la productividad en la última década. Puede que hacia adelante sea menos que eso, entre 3,5% y 4%, entonces el reto grande como país es preocuparnos de mejorar la productividad. Eso significa facilitar el ajuste de las empresas. Empresas que son poco eficientes y que no pueden continuar no mantenerlas a flote a cualquier costo, pero facilitar que empresas que se están creando se puedan desarrollar.
El Gobierno habla de retomar ese crecimiento a partir de 2016.
No hay duda que una parte relevante es recuperar las expectativas y el Gobierno tiene un rol importante desde ese punto de vista, acotando los cambios de política que está implementando. Tiene su programa, ganó las elecciones, pero tiene que vivir con las consecuencias. Entonces es una muy buena noticia, porque quiere decir que va a haber un intento muy importante en mejorar las expectativas y eso, como dije antes, consiste en sacar la neblina. Es un desafío.
BC y las tasas
Usted dice compartir el diagnóstico del BC en materia de inflación. ¿Qué tan rápido se revertirá el alto nivel actual?
Dada la fuerte indexación que tiene la economía chilena todavía, estimo que la inflación va a ceder pero no muy rápido. Van a haber algunos meses muy bajos porque va a pegar la caída del petróleo, pero de ahí en adelante seguirla sacando toma tiempo. Pero va a ceder con fuerza y como no veo un rebote muy fuerte en la economía, lo más probable es que el BC va a introducir nuevos estímulos monetarios el 2015.
¿De qué orden?
Va a bajar la tasa de nuevo hasta 2,5%, con dos movimientos. No los veo en el primer trimestre, pero sí en el segundo. Es muy importante para la credibilidad del BC no apresurarse, especialmente porque este año vamos a terminar con inflación entre 4,6% y 4,8%. Para llegar a una inflación de 2,8% como plantea el BC o menos que eso como señalan los contratos financieros, todavía queda bastante por verse. Entonces el BC tiene razón al ser prudente.
Y si el dólar sigue subiendo, ¿no puede ser una presión extra para la inflación?
No lo veo presionando extra, porque gran parte del ajuste cambiario ya se hizo. Lo más probable es que vamos a transitar en valores entre $590 y $625, aunque no apostaría mi jubilación a eso.
Fuente:Pulso