Ivan Glasenberg, presidente ejecutivo de Glencore PLC, rechazó las predicciones de que el cobre caería por debajo de US$ 4 mil la tonelada, diciendo que era el precio de un escenario apocalíptico. Sam Walsh, presidente ejecutivo de Rio Tinto PLC, dijo el año pasado que la idea de que la cotización del mineral de hierro descendería a US$ 30 por tonelada era propia de «fantasilandia».
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No fueron los únicos. «Una cosa es cierta, el precio (del mineral de hierro) no va a caer por debajo de los US$ 110 la tonelada en forma sostenida», proclamó en abril de 2014 José Carlos Martins, entonces director ejecutivo de metales ferrosos de la brasileña Vale SA.
Desde que Glasenberg realizó tales comentarios en septiembre del año pasado, los precios del cobre se han desplomado 20% y llegaron a US$ 4.300 la tonelada. En los últimos días han repuntado y rondan los US$ 4.500, pero un creciente número de analistas proyecta que pronto caerán por debajo de los US$ 4 mil la tonelada.
El mineral de hierro se negociaba a más de US$ 60 por tonelada cuando Walsh hizo los comentarios en febrero de 2015, pero en las últimas semanas ha descendido por debajo de US$ 40 la tonelada, y ahora US$ 30 no parece tan lejano. El viernes cerró en US$ 41,50 y algunos analistas dicen que este año el precio podría retroceder a menos de US$ 30 la tonelada.
Voceros de Glencore y Rio Tinto no quisieron comentar al respecto. Martins dejó Vale en noviembre de 2014.
El declive vicioso de los precios de las materias primas está poniendo de cabeza a las principales empresas de commodities del mundo y desbaratando sus planes para hacer frente al peor derrumbe en décadas. Algunas de las mayores mineras han suspendido sus dividendos, eliminado miles de millones de dólares en deuda y recortado la producción en millones de toneladas luego de que sus pronósticos sobre hasta dónde podían caer los precios de las materias primas resultaron fallidos.
Incertidumbres en productores y operadores
«He pasado por el infierno», dijo en octubre durante una conferencia sobre metales en Londres Richard Adkerson, presidente ejecutivo de Freeport McMoRan Inc. Se cumplían tres años desde que Adkerson vaticinó en una entrevista con The Wall Street Journal que los proyectos de construcción en China darían lugar a «una demanda muy grande» de cobre, lo que llevó a la empresa a invertir miles de millones en la expansión de su producción y en la construcción de grandes minas alrededor del mundo.
En una entrevista realizada la semana pasada, luego de responder las preguntas de los analistas tras anunciar una pérdida de US$ 4.100 millones en el cuarto trimestre, Adkerson enfatizó que Freeport «es muy realista sobre la situación a corto plazo», pero que espera que los precios se recuperen, porque «a diferencia del mineral de hierro y el carbón, el mundo no tiene enormes inventarios de cobre». Las previsiones de que China absorbería los grandes aumentos en la producción de cobre, hierro y otras materias primas colapsaron. No se trata única y exclusivamente de que China esté comprando menos. Una de las razones detrás del desplome de los precios y el declive de la capitalización bursátil es la incertidumbre que impera entre los productores y operadores de Occidente sobre las cifras exactas de producción y consumo del país asiático, dice Scott Stewart, ex operador de Glencore y ahora presidente ejecutivo de Black Hawk Resources Ltd., una empresa de corretaje de aluminio. «Todos sabemos que China está mal», asevera. «La pregunta es qué tan mal, y la falta de transparencia está causando mucha incertidumbre y sentimientos negativos».
Los analistas no creen que el dolor ya pasó, debido a que aún ven un aparente desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Entre 2005 y 2014, por ejemplo, el suministro de cobre refinado saltó 36%, a 22,5 millones de toneladas, según datos del Grupo Internacional de Estudios del Cobre. Durante el mismo período, el consumo anual de cobre aumentó 38%, a 22,9 millones de toneladas.
Ese crecimiento fue liderado por China, mientras que el consumo cayó en otras partes del mundo, lo que hace que los precios sean hoy más susceptibles a una desaceleración de la demanda del gigante asiático.
«Creo que en algún momento tenemos que bajar del umbral de US$ 4 mil», dice sobre el cobre Robin Bhar, director de investigación de metales de Société Générale SA.
Rio Tinto y otras grandes compañías de mineral de hierro, como BHP Billiton, han sido ampliamente criticadas por inundar el mercado con un exceso de la materia prima, una decisión que en opinión de los críticos, como Glasenberg, de Glencore, aplasta los precios a medida que la demanda china se desacelera.
El desplome del hierro ha golpeado las finanzas de las grandes mineras, incluso los productores de bajo costo, como Rio Tinto y BHP. Esto eleva las probabilidades de que las empresas tengan que recortar sus dividendos para apuntalar sus balances, algo que parecía impensable hace apenas un mes. Anglo y Glencore ya lo han hecho.
Analistas, sin embargo, dicen que las reducciones en la producción no son suficientes para contrarrestar la caída de la demanda, a pesar de datos recientes sobre un alza del consumo de cobre por parte de China y de la eliminación de 3% del suministro mundial del metal rojo en los últimos 12 meses.
Proyección
Los analistas no creen que el dolor ya pasó, debido a que aún ven un aparente desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Fuente: Economia y Negocios / El Mercurio www.chilemineria.cl