El presidente del Banco Central recalca que el hecho de bajar la tasa no responde a categorizaciones: «Si el BC estuvo en lo correcto en 2014 y 2015 no fue porque los consejeros fueran palomas sino porque hizo el análisis adecuado». Y sobre una pronta baja en la tasa de interés es muy cauto: «el consejo debe discernir cuándo cambios en el escenarios son suficientemente fuertes para cambiar la trayectoria».
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Más de un año lleva Mario Marcel como consejero y esta semana le correspondió presentar el Informe de Política Monetaria (IPoM) como presidente del Banco Central (BC) cuyo mandato se extiende por los próximos cinco años. Entre sus primeras definiciones está el incorporar más firmemente a las regiones y por eso se desplazó a Concepción a presentar el IPoM el mismo día que lo expuso en Icare en Santiago. En esa ciudad concedió un tiempo a PULSO para conversar.
¿Estaba nervioso en su primera presentación del IPoM?
-Me ha tocado estar en varios IPoM anteriores, éste sería mi quinto IPoM. Por supuesto la presentación ante el Senado tiene una exigencia y solemnidad especial y por esa misma razón me preparé bastante más, profundizando en la discusión interna. Pero a estas alturas de la vida uno tiene un cierto rodaje en la presentación de documentos oficiales y eso me ayudó.
¿Qué significa ser el portador de malas noticias como el ajuste a la baja del crecimiento?
-Lo importante es presentar un escenario que sea lo más honesto y realista posible, tratándose siempre de una proyección. Cuando el BC prepara su escenario base para el IPoM hay un análisis riguroso de la justificación de cada una de las variables. En cuanto a si el balance se evalúa como positivo o negativo depende de si se mira el vaso medio lleno o medio vacío. Es cierto que estamos con cifras de crecimiento que no dejan contento a nadie, pero por otro lado también es cierto que hemos tenido una economía que ha enfrentado una serie de dificultades y pese a ello hemos seguido creciendo, son las dos caras de esa moneda.
¿Cómo anticipa los próximos trimestres, veremos Imacec tan malos como octubre (-0,4%)?
-El Imacec es un indicador que mide la producción mensual con una volatilidad bastante mayor que la cifra de cuentas nacionales, por eso prefiero mirarlo en términos de trimestres porque permite seguirle un poco más el pulso a la economía. Y en esa circunstancia tenemos un cuarto trimestre que se ve bastante débil en la comparación en 12 meses, y un primer trimestre de 2017 que será algo mejor pero todavía por debajo de lo que está previsto para el año (1,50-2,50%).
¿En la última parte de 2017 habrá una mejoría por base de comparación?
-No. Será fundamentalmente porque algunos factores que ha estado frenando la actividad van a comenzar a cambiar.
¿Cómo cuáles?
-La minería por ejemplo que ha tenido caídas importantes y sistemáticas por casi 3 años, hoy día es más competitiva porque ha estado haciendo un ajuste interno, buscando mejoras de productividad, reduciendo costos. Al mismo tiempo en la medida que haya alguna mejora en los precios de mercado también deberían reactivarse los planes de producción de las compañías. Ahí vemos una cierta reversión de las últimas tendencias. En el caso de la inversión también vemos oportunidades para una gradual recuperación.
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¿Significa que el peor momento de la minería ya pasó?
-Desde que en la minería vimos caídas muy significativas de la inversión las compañías han hecho ajustes importantes y con ello se empieza a ver un horizonte más estable hacia adelante.
¿En el escenario está incorporada la mejora de expectativas por la víspera de las elecciones?
-El cómo se liga la situación política con las expectativas económicas y con las decisiones de inversión es un vínculo no fácil de establecer. No hay una relación estable, unívoca, predecible. Diría que es interesante que a medida que se ha ido aproximando el escenario electoral las expectativas no se han moderado, sino que en algunos casos han mejorado en el margen. Quizás eso refleja que la preocupación del crecimiento comienza a ser bastante generalizada en todos los sectores políticos, y ello se estaría mostrando en las discusiones de los próximos meses. No vemos en un proceso electoral un fenómeno que por sí mismo tenga que empeorar las expectativas.
Pero llama la atención que en este IPoM el BC no haya puesto en el escenario una recuperación de expectativas, ¿por qué?
-El tema no es que se crea que las expectativas no pueden mejorar, sino que es preferible basar las proyecciones de la economía en datos más específicos de sectores, de ciertos componentes de la actividad más que en el comportamiento de expectativas que son más subjetivas y difíciles de predecir y cuyos efectos sobre las decisiones de producción, empleo e inversión no son tan directas. En este IPoM, hay un énfasis mayor en datos más duros de la economía.
Este énfasis ¿es un sello Marcel?
-Es una evolución que se ha ido produciendo de un IPoM a otro. Había un mayor énfasis en expectativas en el IPoM de diciembre del año pasado, y eso ha ido cambiando en los últimos informes.
Está debutando con la expectativa de una baja de tasas de interés, ¿se siente más paloma en la idea de estimular la actividad bastante debilitada?
-Estas caracterizaciones de palomas y halcones, es un poco superficial. En mi caso, preferiría ser y ser visto como un banquero más bien realista, que no se deja llevar por sesgos en una u otra dirección. Me importa mucho la evidencia. No conozco banqueros centrales que se autodefinan en estos términos, esas son categorías que aplican los analistas o la prensa para interpretar como éstos orientan y justifican sus decisiones, especialmente en casos en que los bancos centrales responden a mandatos múltiples o más ambiguos. En Chile tenemos un mandato más preciso y aplicamos un marco de política monetaria de metas de inflación, por lo que enfrentamos menos dilemas que en otros países. El resto se debe resolver con buen análisis y capacidad para discernir entre presiones de oferta y de demanda, cambios permanentes o transitorios de la inflación. Si el BC estuvo en lo correcto al no dejarse presionar por el aumento transitorio de la inflación en 2014 y 2015 no fue porque los consejeros fueran palomas, sino porque hizo el análisis adecuado.
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Y ese análisis de baja de tasas retorna.
-Las decisiones de política monetaria las adopta el Consejo, que en la última Reunión de Política Monetaria, como lo indica el comunicado, concluyó que, de ratificarse un escenario más acotado para la inflación sería necesario una política monetaria más expansiva, todo ello siempre con el objetivo de alcanzar la meta de 3% de inflación a 24 meses.
¿Y ese escenario se ratificaría en un mes?
-Estamos hablando de un sesgo, de una señal. Acá hay dos temas; uno, como los nuevos datos van modificando o ratificando ese escenario; y por otro lado en qué momento esos datos son suficientes para producir la decisión de materializar una política monetaria más expansiva. En el caso del IPoM se hace un supuesto de trabajo sobre la evolución de las tasas de interés consistente con su escenario base, pero ello no compromete una decisión para un momento específico.
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¿Pero cuánto tiempo se van dar para recopilar esos datos: 1,2, 3 ó 4 meses?
-Las decisiones se basan en escenarios de mediano plazo, no en cada cifra de la coyuntura, lo que reduce significativamente la volatilidad de esas decisiones. A esto el Consejo debe agregar su propia capacidad para discernir cuándo cambios en estos escenarios son suficientemente fuertes como para justificar cambios en la trayectoria de tasas. Entendamos que lo que llamamos sesgo es solo una probabilidad de la dirección en que se puede mover la política monetaria a futuro, no una decisión de política monetaria propiamente tal.
Algunos analistas creen que el BC teme que al bajar la tasa nuevamente suba el dólar y se traspase a precios afectando la inflación, ¿hay algo de eso?
-Las decisiones de política monetaria se toman para que la inflación en el horizonte de política converja a la meta. Otro tema es a qué ritmo las variaciones cambiarias se traspasan a inflación y eso depende del estado de la economía: si está sobrecalentada, el traspaso sería rápido y muy completo; si está más fría, el traspaso será más lento y parcial, y hoy estamos con una economía más fría que hace 2 o 3 años y eso es parte del escenario que construye el BC y en base al cual se formulan los supuestos.
Respecto del cobre mantuvieron un escenario moderado de precio (US$2,35), cuando hay algunos analistas que esperan un repunte mayor, ¿por qué?
-Hoy en día el rango de proyecciones para el precio del cobre es relativamente amplio. Hay analistas que prevén mejoras más significativas y otros precios relativamente bajos. Los factores a los que hace unas semanas se atribuía este aumento no tienen mucho que ver con los fundamentos del mercado del cobre, como sí lo son la demanda de China o las condiciones de oferta. Por tanto sería aventurado anticipar mejoras más significativas del precio del cobre que las que incluimos en el IPoM mientras no tengamos evidencia más sólida.
¿Se puede hacer algo para evitar una caída en la calificación de riesgo de Chile como ha anticipado Fitch?
-En términos de política fiscal lo importante es cumplir con la meta. Ya tenemos un presupuesto aprobado consistente con ella, que pronto comenzará a ejecutarse. No me cabe duda que la ejecución será en línea con lo presupuestado, demostrando que la disciplina fiscal en Chile se puede mantener incluso en un escenario político más demandante como el de un año electoral. En cuanto al crecimiento, otro elemento que menciona Fitch, vemos perspectivas de mayor crecimiento hacia la segunda mitad del próximo año y la política monetaria continuará jugando un papel contracíclico. Esos son los elementos sobre los cuales nosotros fundamentamos la solidez de la economía chilena.
¿Es exagerado entonces decir que se va a reducir la nota?
-Las clasificadoras tienen su metodología, emiten sus juicios y nosotros, obviamente, no tenemos injerencia en esas decisiones. Lo que yo digo es que la economía chilena no tiene grandes desequilibrios, ni grandes riesgos en el sector financiero, las empresas no tienen gran exposición a riesgos cambiarios ni financieros. Todo análisis del riesgo de Chile incorpora estos elementos y otros que se van ajustando para darle más solidez a la economía, de eso tenemos que estar convencidos y persistir.
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. Fuente:Pulso www.chilemineria.cl