Un panel de expertos entregará próximamente sus conclusiones sobre cuál debiera ser la estrategia de Chile para la explotación de las reservas de litio existentes en el norte del país.
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Las discrepancias sobre algunas de las propuestas ya son públicas y una vez más, el ámbito de la discusión se centra en desacuerdos ideológicos, olvidando el análisis sobre la estrategia a seguir para obtener los mayores beneficios de un recurso mineral no renovable, de alto potencial económico en aplicaciones tecnológicas. Si no coincidimos en una estrategia de largo plazo, en la que se combinen los esfuerzos del Estado, los centros de investigación y la industria, es irrelevante si la explotación, entendiendo ésta como la actividad minera de extracción, concentración y comercialización, la hace una empresa estatal o privada. Es aún más irrelevante la discusión si no sabemos exactamente cuál es el uso de este recurso que generará más valor para el país y cuál es el potencial de reservas que posee Chile en el contexto mundial.
El litio se consume en gran parte como compuestos químicos que se preparan a partir de minerales de roca o a partir de precipitados de salmueras como las ubicadas en el salar de Atacama, en la Región de Antofagasta. Los minerales, principalmente espodumeno (LiAlSi2O6) y petalita (LiAlSi4O10), se utilizan en productos cerámicos y vidrios, donde sirven como fundente o esmalte y para bajar la expansión térmica. En sus distintas formas químicas, incluyendo Li2CO3, LiCl, LiBr y LiOH, el litio se utiliza en grasas y lubricantes para expandir sus rangos de temperatura utilizable; en la producción de aluminio, para reducir la temperatura y la viscosidad del baño de criolita; en cauchos sintéticos para aumentar la resistencia a la abrasión; en algunos productos farmacéuticos donde sirve como catalizador durante su fabricación, y en sistemas de aire acondicionado como deshumidificador. El litio es también un componente principal en hormigones especiales, aleaciones de litio-aluminio, y productos farmacéuticos de litio-carbonato. Pero, sin duda, el uso de este metal en las baterías para dispositivos electrónicos portátiles y vehículos eléctricos, es el eslabón con mayor potencial en la creación de valor.
Geográficamente el litio se encuentra en distintas regiones del mundo, principalmente como mineral de rocas y mineral de salmueras evaporitas de sistemas lacustres (Figura 1). La producción de litio para abastecer la demanda futura vendrá principalmente de estos yacimientos. Sin embargo, muy pocos de estos depósitos se encuentran actualmente en producción y la información sobre los factores geológicos (como el contenido de litio y mineralogía, continuidad, tamaño, y la ubicación exacta) que afectan su desarrollo económico, es relativamente escasa y dispersa. En Chile sabemos que las mayores concentraciones de litio se encuentran en salmueras evaporitas de los salares ubicados en el norte de país, pero desconocemos cuáles son las reservas y como éstas se distribuyen en las distintas condiciones geológicas.
Sobre la base de la información geológica disponible, se estima que los volúmenes conocidos de este recurso en el mundo son del orden de 31 millones de toneladas y que la demanda en los próximos cien años será de unos 20 millones de toneladas. Podemos entender entonces que el litio es un recurso relativamente abundante y cuyo abastecimiento estaría asegurado con las reservas conocidas hoy. Sin embargo, el 78% de los recursos mundiales de litio conocidos se encuentran en Bolivia (33%), Chile (22%), Argentina (15%) y China (8%), asociados a salmueras evaporitas lacustres que, sin duda, serán la principal fuente de abastecimiento para el mercado mundial durante este siglo.
Conocida la cadena de valor de este recurso y la ubicación de sus reservas, cabe preguntarse entonces cuáles son las ventajas que Chile puede tener o desarrollar para generar la mayor cantidad de beneficios posibles para el país.
Pensando en un modelo de explotación del litio, Chile posee dos ventajas evidentes en el contexto mundial actual. Los depósitos ubicados en el salar de Atacama poseen una de las concentraciones de litio más altas del mundo y sus costos de producción a escala industrial son los más bajos conocidos. Estas son las únicas ventajas sobre las cuales se puede ampliar la actual industria extractiva básica, de concentración y comercialización y continuar abasteciendo de manera eficiente y competitiva la demanda ubicada en China, Europa, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Canadá, un mercado de no más de US$ 2.500 millones al año 2013. Este modelo de explotación de un recurso mineral lo hemos aplicado antes con la plata, el salitre y el cobre. ¿Cuánto hemos aprendido de estas experiencias? ¿Es este el único modelo que somos capaces de implementar en Chile? ¿Cuáles son las ventajas que podemos desarrollar a partir de nuestras propias capacidades intelectuales? ¿Podemos aspirar a una política de desarrollo con mayor valor agregado? Debido al tamaño del mercado mundial y los volúmenes de producción esperados en Chile, un modelo de explotación basado en la extracción y comercialización, cualquiera sea el carácter de las empresas productoras, será marginal en términos de generación de valor.
Chile está en condiciones de plantearse desafíos mucho más grandes que la simple extracción eficiente de materias primas no renovables. El litio puede significar un complemento ideal para, por ejemplo, una política energética sustitutiva de fuentes fósiles a diferentes escalas; a escala global, invirtiendo a largo plazo en el desarrollo de un transporte público hibrido; y a escala local, invirtiendo en el desarrollo de modelos de generación de electricidad solar y de almacenamiento para los hogares. En términos simples, si no desarrollamos una demanda interna, cualquiera sea el modelo de extracción, este no generará ningún impacto sobre el nivel de desarrollo del país, el premio está en la captura de los eslabones más complejos en la cadena de valor. Un ejemplo, China posee alrededor del 40% de las reservas de tierras raras utilizadas en la industria de la alta tecnología y en el desarrollo de superconductores, China participa en alrededor del 90% de la producción mundial y, su propia industria, consume el alrededor del 60% de la producción mundial de tierras raras; esto es creación y captura de valor agregado.
“Hoy en día, el país cuenta con personal altamente calificado, emprendedores, doctores e investigadores dentro y fuera del país con las herramientas y el conocimiento necesarios para ocupar un espacio en ese nuevo paradigma con un verdadero desarrollo de Chile; país tecnológicamente desarrollado” (Proyecto Centro de Innovación del Litio). ¿Por qué entonces no nos proponemos desafíos y metas de alto impacto? Esperemos que el panel de expertos haya estado a la altura de los desafíos que Chile debe enfrentar para dar un salto al desarrollo.
Fig. 1. Localización de los principales depósitos de litio en rocas ( ) y en salmueras ( ). Rectángulos sombreados muestran la distribución de salares en la meseta de la Puna (Chile-Argentina-Bolivia) y China. Figura y datos empleados en el texto de:
Kesler, S.E., et al., Global lithium resources: Relative importance of pegmatite, brine and other deposits, Ore Geol. Rev. (2012), doi: 10.1016/j.oregeorev.2012.05.006
por Nelson Muñoz G., Geólogo. Fuente/elmostrador/ https://www.facebook.com/chilemineria.cl #medioambiente, #litio, #desarrollosustentable