Afonso Sartorio indica que al momento de analizar sus planes, las empresas incluirán en su evaluación los requerimientos necesarios para concretar sus proyectos.
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Una visión crítica tiene Afonso Sartorio, líder del equipo de minería y metales de EY en Sudamérica y Brasil, respecto a las potencialidades de la región al momento de atraer inversión para este sector.
La discusión sobre este tema se ha tornado relevante en momentos en que parte importante de los metales tiene mejores perspectivas, entre ellos el cobre, y se anticipa una mayor confianza por parte de los inversionistas para apostar por la minería.
En este sentido, según indica Afonso Sartorio, si bien desde el sector hay interés en la región, y particularmente en Chile, aún hay temas que se deben subsanar. Esto, ya que el recurso geológico es sólo una fracción de la ecuación al momento de destinar capital para desarrollar proyectos. Hay otros factores como la certeza jurídica y la aceptación social que están siendo igualmente relevantes, dice Sartorio.
“Cuando un actor piensa en hacer una inversión, y debe elegir entre un proyecto en Sudamérica o en otra geografía, claro que la incerteza y los plazos son un factor fundamental de decisión. Necesitamos optimizar la ecuación, los plazos, los requerimientos y eso sólo lo vamos a lograr con un diálogo abierto y enfocado del Gobierno con las empresas y la sociedad”, comentó.
Y siguió: “Si miramos a Australia tenemos (en Sudamérica) un retraso en la madurez en que los diálogos son realizados. En Australia o en ningún lugar del mundo los pasos son cortos, pero la discusión está basada en primicias y reglas conocidas y es un poco más objetivo, y cuando se entrega la licencia para operar, las empresas operan. Acá lo que tenemos es un segundo factor de riesgo, que es la licencia social, no ambiental o gubernamental, que se tiene que renovar perpetuamente”.
Según explicó Sartorio, estos renovados riesgos a los que se enfrentan las mineras al momento de concretar las inversiones se explican por fallas históricas de los tres entes que interactúan: las empresas, el Gobierno y las comunidades.
“Las comunidades vecinas ven el sector como un substituto del Gobierno, y si bien es importante reconocer que las empresas tienen una papel en el desarrollo de las poblaciones es importante que no sea confundido por el Gobierno. Este es un factor adicional al momento de tener los permisos ambientales”, explica.
Adicionalmente, el problema también se puede atribuir a las empresas, que tampoco habrían salido a demostrar su aporte a las comunidades o al medioambiente, al tiempo que los Gobiernos tampoco han actuado en el pasado en forma cohesionada con el sector, dice el ejecutivo. “Hoy las empresas traen más desarrollo socioeconómico y tienen la visión de protección ambiental que es beneficiosa para la sociedad. Esa tiene que ser la regla porque las empresas del sector consiguen mucho más retorno financiero si tienen un diálogo abierto y productivo con la sociedad, que al revés”, advirtió.
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Fuente: Pulso www.chilemineria.cl