El también director de la firma controlada por la familia Matetic y José Luis del Río descarta que la empresa ingrese al mercado de barras para bolas de molienda, el que perderá a Huachipato como a su único productor a nivel local.
La industria nacional del acero se apresta a quedar con un solo productor a nivel local. El cese indefinido de las operaciones siderúrgicas de Huachipato, la filial del grupo CAP que operó durante 70 años en Talcahuano, dejará la pista libre para AZA, la acerera controlada por empresarios chilenos, donde lideran la familia Matetic y el empresario José Luis del Río.
La firma, liderada por Hermann von Mühlenbrock, tanto como director y gerente general, prevé un vuelco total al mercado local, tras haber comenzado a exportar en 2022, ante la baja demanda por sus productos en Chile, en medio de la deprimida actividad en el sector de la construcción.
Pero para el expresidente de Sofofa, el cierre de la usina del grupo CAP no lo pone contento. Todo lo contrario, ya que el inicio de su vida profesional estuvo ligado a la siderúrgica.
“Yo trabajé en Huachipato, entonces tengo una sensación bien de tristeza. Independientemente de que toda la vida haya estado en la competencia, porque son las cosas que más te marcan cuando inicias tu vida profesional”, revela.
“Una de las épocas más bonitas de mi vida fueron esos más de dos años trabajando en la planta. Entonces tengo ese sentimiento encontrado, además de la pena de que dos mil personas quedan sin trabajo, el impacto para la zona, todo eso; a mí en particular, me da una parte emotiva, porque fue una empresa con la cual aprendí mucho, le tengo mucho respeto y mucho cariño”, lamenta.
Con todo, remarca que AZA podrá suministrar con su producción las necesidades del mercado chileno, ya que la firma está enfocada en mejorar su capacidad en productos laminados.
“Esta planta tiene una capacidad de 520 mil toneladas (reciclaje), y sumando los dos laminadores, son 480 mil toneladas. En esa buscamos aumentar (la capacidad) ya sea por aumento de turnos o de inversiones. Esa capacidad que tenemos hoy día es la que nos da la tranquilidad para poder abastecer muy bien el mercado nacional, si realmente se concreta la paralización de Huachipato. Nosotros tenemos la capacidad de atender perfectamente todo el mercado nacional”, indica.
Ustedes suministran al mercado de la construcción…
-Nuestro principal producto es lo que se llama barras de refuerzo para hormigón. Diría que es el 80% de nuestra capacidad. El resto son perfiles laminados, que básicamente están en el mundo de hacer galpones. Nosotros no estamos en el mundo de las barras para hacer bolas.
¿No les interesa ahora que va a quedar un vacío?
-No. Las barras para bolas son el principal producto de Huachipato, después vienen barras de refuerzo, y ahí se topan con nosotros, y en el alambrón, pero en el de barras, que es el que van a dejar, tenemos absolutamente la oferta como para poder tomar el total de ese mercado si al final Huachipato cierra. No hay ningún riesgo en Chile de que haya desabastecimiento en el mundo de la construcción.
Ingresar al mundo de barras para bolas de molienda, ¿está descartado por completo?
-Absolutamente.
¿Por qué?
-Porque esta planta no está hecha para eso. Hay algunos procesos que son distintos y a esta planta tendríamos que hacerle una modificación bastante grande para entrar en ese mercado. Nuestro core business, donde realmente tenemos todo el foco, está en el mundo de la construcción.
¿Esa capacidad para atender el mercado nacional, significa algún tipo de acomodo en las exportaciones que ustedes hacen?
-Lamentablemente, en los últimos años el mercado de barra de refuerzo ha estado bastante bajo. Tuvimos peak el año 2019, con un mercado de 700 mil toneladas. Con la pandemia, baja a 450 mil, una caída importante. El mercado se recupera el 2021 a 650 mil. De ahí para adelante, el mercado vuelve a las 450 mil toneladas, y estamos proyectando un 2025 también en ese nivel. Es un mercado bastante plano y estamos pensando en el año 2026 para que se empiece a mover más por estas carreteras que se están anunciando.
Pero, ¿qué pasa con las exportaciones?
-Comenzamos a exportar porque nos pasó que bajamos de un mercado de 700 mil toneladas a uno de 450 mil, y aunque nosotros nunca habíamos exportado, a contar del año 2022 creamos una gerencia de exportaciones y empezamos a exportar. Estamos exportando el 20% de nuestra capacidad. Todo eso, desde el año 2025 va a bajar porque lo destinaríamos a las barras de refuerzo si es que el mercado local queda disponible.
La Comisión Antidistorsiones aún debe dar su recomendación final, pero ustedes no participan en el mercado investigado, ¿no ven algún tipo de competencia desleal en sus productos?
-Hasta el momento, no. Uno tiene que hablar de hechos concretos y, hasta el momento, no. Evidentemente, si empiezan a llegar productos que vemos… nosotros competimos libremente y creo que entran algo así como 80 mil toneladas en barras de refuerzo. Pero sí, estamos siempre mirando que no estén entrando productos que no respeten el libre comercio y que claramente demuestren que te están haciendo daño.
¿El negocio está siendo rentable para AZA?
-Los márgenes se han apretado, están bajando. La chatarra, nuestro principal insumo, no ha bajado tanto como los precios. El volumen también bajó. Cuando exportas, exportas mucho más barato que cuando vendes localmente. Pero esta compañía nunca ha perdido plata. Por eso siempre hemos hecho inversiones.
Con el cierre de Huachipato, ¿serían capaces de no solo absorber la demanda, sino también, a alguno de los trabajadores?
-Puede ser. Puede haber un espacio ahí que podemos ver. Si aumentamos algún turno, reforzamos algo, evidentemente puede haber un espacio ahí. Pero a mí, el cierre de Huachipato me parece dramático.
Los trabajadores están pidiendo que el Estado u otro privado pueda comprar Huachipato, ¿usted cree que hay espacio para eso?
-Ahí no me atrevería a opinar.
¿No ven eso como una opción en AZA?
-No.
¿Y si vienen inversionistas chinos?
-Siempre he creído que los mercados tienen que funcionar, y los privados son libres de hacer los negocios, mientras cumplan las leyes y las normas, que ellos estimen convenientes. Si llega un chino, o un checoslovaco, o un francés, y esa usina compite con las reglas del mercado y no depreda y vende con un margen de utilidad para que esa compañía se proyecte, bueno, es lo que hay. Pero, a priori, oponerse a una cosa que es parte de una economía social de mercado, me parece que no tiene ningún sentido.
Chile no se quedará sin acerera si cierra Huachipato, pero la industria del acero, ¿necesita más impulso?
-Hay que pensar que Chile es un país pequeño. Chile producía productos planos, pero por allá por 2014, Huachipato lo cerró y si lo hizo era porque evidentemente le costaba competir en esa línea, y básicamente se enfocó en este producto de barras para bolas. Ese rubro evidentemente se va a quedar sin oferta nacional y me imagino que los productores de bolas tendrán otras ofertas donde poder comprar. Pero siendo Chile un país tan pequeño, no puede hacer de todo.
¿Cuál es su mensaje a la autoridad respecto del futuro de la industria del acero en Chile?
-Yo creo que es muy importante que exista un entendimiento rápido si hay problemas de libre competencia. A pesar que Chile tiene una buena institucionalidad, que está muy bien reglamentada y la estructura es bastante razonable, tal vez es importante que, cuando esto pase, el inicio del proceso sea rápido y ágil y no provoque daño a la industria que se está viendo afectada.
Hay parlamentarios que han pedido reducir los tiempos en que se toman estas decisiones y alargar los tiempos de las medidas antidumping, ¿apoya esa idea?
-Todo lo que sea que los mercados no se vean atacados deslealmente, creo que va en el camino correcto.
Fuente/Pulso/LaTercera Chile Minería www.chilemineria.cl www.facebook.com/chilemineria.cl/ twitter.com/CHILEMINERIA www.instagram.com/chilemineria #chileminería, #minería, #energía,#cobre,#centrocesco, #negocios,#aprimin