Se espera que el exceso de oferta de las ERNC en la Región de Atacama llevará los costos marginales a cero al norte de Copiapó. Este hecho provocaría efectos negativos a nivel industrial y podría afectar inversiones.
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Es uno de los objetivos declarados -y más ambiciosos- de la Agenda de Energía de la Presidenta Bachelet: reducir los altos costos marginales a los que se viene transando en los últimos años la energía entre empresas en el país.
Esto se ha ido cumpliendo principalmente gracias a la entrada de nueva capacidad en base a ERNC intermitente -solar, fotovoltaica y eólica- que informan costo marginal cero a los CDEC pues tanto el viento como el sol son “gratis”. Eso significa que tienen prioridad en el despacho pues éste se ordena con un criterio estrictamente económico.
Pero a pesar de lo beneficioso que resulta para el país contar con polos de generación a precios bajos, actualmente se están generando algunos problemas sobre todo en el norte del país. ¿La razón? El déficit de transmisión existente en el Sistema Interconectado Central (SIC), lo que a su vez obedece a la demora en la toma de decisiones que arrastra el sector eléctrico y al rezago en la construcción de nuevas líneas.
Esto es precisamente lo que ocurre en la región de Atacama. El principal inconveniente es que hoy en la industria, a pesar de generarse polos de producción eléctrica a bajo costo, no es posible transmitir esos bajos precios al resto del SIC debido a que las líneas existentes no están dando abasto. Así, las eléctricas están obligadas a comercializar su energía en determinadas zonas y no a todo el SIC, lo que crea mercados aislados del resto. Es lo que ya está ocurriendo en la zona norte del Sistema Interconectado Central.
De acuerdo con un informe del CDECSIC, a contar de noviembre de este año y en un escenario de demanda alta, el costo marginal será cero en la barra Diego de Almagro 220 kV, lo que se mantendrá al menos hasta que esté operativa la línea Polpaico Cardones 2×500 kV, la que se espera ocurra y recién hacia 2018-
En otras palabras, a fines de año, una vez que estén completados los proyectos solares en construcción, al no poder comercializarse esa energía fuera de la región de Atacama las eléctricas estarán obligadas a transarla dentro de la región, donde no existe la demanda es acotada. Y esa abundancia arrastrará a cero el costo marginal.
Si bien, esto puede sonar positivo, desde la industria hay voces que advierten que se retrasará en varios años la concreción de centrales solares y, por consiguiente, el aprovechamiento del potencial solar de Atacama. A esto se suma un potencial postergamiento de inversiones en otras fuentes como, por ejemplo, la termoelectricidad. La demanda en Atacama se empina levemente sobre 1.200 MW incluyendo lo que se puede transmitir hacia la zona central, mientras que la capacidad instalada será cercana a 2.500 MW hacia 2017.
Mucho sol, pocos clientes
La zona de Atacama cuenta con una de las mayores radiaciones solares del mundo, lo que ha empujado la inversión en plantas fotovoltaicas, las que ya suman 546 MW a nivel nacional, de los que gran parte están instalados en esa zona e inyectan en la barra Diego de Almagro 220 kV. Esta cifra se disparará sobre los 2.000 MW apenas se complete la instalación de los proyectos que están hoy en construcción, que suman otros 1.647 MW según datos del Centro Nacional para la Innovación y Fomento de las Energías Sustentables (Cifes), organismo dependiente del ministerio de Energía.
A las altas cantidades de radiación solar en la región de Atacama se suman dos factores: la baja mundial del costo de los paneles solares, que ha hecho muy competitiva esta energía y la rapidez con que se desarrollan estas centrales, tanto en materia de obtención de permisos como montaje y construcción.
A grandes rasgos, Atacama albergará 1.500 MW del total, lo que se suma a la producción térmica que existe en la región (Guacolda), que alcanza los 608 MW y que llegará a 760 MW una vez que esté operativa su unidad V, lo que ocurrirá a fines de año.
Un ejecutivo eléctrico plantea que en el llamado SIC Norte se esperaba que se materializara una serie de proyectos mineros como Pascua Lama, El Morro, Relincho y otros industriales como la planta Freirina de Agrosuper. Por diversos motivos -principalmente ambientales y económicos- esto no han podido materializarse.
La fuente plantea que es un tema paradójico, porque la razón esgrimida por algunos mineros para ralentizar el desarrollo de sus proyectos era, precisamente, el alto costo de la energía. Hoy es al revés: energía hay y abundante, pero lo que no hay es demanda.
“Esto pone de manifiesto de la necesidad de Cardones-Polpaico. Si no tenemos esa línea no vamos a transmitir buenos precios, no vamos a facilitar la competencia y nuestra interconexión no va a poder evacuar la energía que requerimos desde el norte hacia el sur. Cardones-Polpaico es un proyecto muy clave para los objetivos que estamos teniendo en términos de precios”, plantea el secretario ejecutivo de la CNE, Andrés Romero.
Fuente:Pulso www.chilemineria.cl