Es la tercera vez en su vida laboral que desembarcará en Codelco, pero en esta ocasión, lo haría con un equipo de estrechos colaboradores. «Es un gran orgullo volver a Codelco como presidente ejecutivo y poder colaborar con la empresa y con el país».
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Nelson Pizarro Contador, 73 años, oriundo de Illapel, no escondió su satisfacción cuando supo el jueves, pasadas las seis de la tarde, que iba a ocupar el máximo cargo ejecutivo de
la mayor minera de cobre del mundo.
En el camino por ese puesto compitió con Sergio Jarpa, un ingeniero DC que fue apoyado por los sindicatos de Chuquicamata y algunos directivos; con Diego Hernández, el ex presidente de la
estatal, quien dijo que «no» al retorno; con Octavio Araneda, el timonel interino de Codelco; con André Sougarret, quien fue el artífice del rescate de los 33 mineros de la Mina San José. «Fue un
proceso de selección amplio, riguroso, donde me tocó medirme con muchos colegas y eso también me llena de satisfacción», comentó el nuevo CEO de Codelco a «El Mercurio».
En el sector minero dicen que Pizarro es uno de los pocos ejecutivos que están en las grandes ligas de la minería en Chile, una acotada lista en que además de Diego Hernández figuran Francisco Costabal (Freeport McMoran) y Jorge Gómez (Collahuasi). Óscar Landerretche, timonel del directorio de Codelco, lo hizo su candidato favorito y logró imponerlo por unanimidad, pese a que se enfrentó a Laura Albornoz y Marcos Lima -ambos DC-, en ese cometido.
Para Pizarro, que comunicó a sus superiores de Nippon y Mitsui su nominación a Codelco este viernes, es clave definir con Landerretche los roles y funciones que debe cumplir él como CEO y cuál será el papel del directorio.
Hasta ahora y desde 2006, Pizarro se desempeñaba como presidente ejecutivo de Lumina Copper Chile, subsidiaria de la japonesa Pan Pacific Copper, de Nippon y Mitsui. También es gerente general de Minera Caserones, y director de Antofagasta Minerals, del grupo Luksic.
Por lo pronto, la capitalización de US$ 4 mil millones que el Gobierno anunció para Codelco, es una garantía de que Pizarro no llegará a la estatal para ser parte de la decoración de la compañía, sino que «a hacer las cosas que hay que hacer». Es decir, las inversiones por US$ 23.500 millones que restan en los proyectos estructurales.
¿Qué factores jugaron a favor de la elección de Nelson Pizarro en Codelco?
Para empezar, su experiencia. En sus cinco décadas como minero, el ingeniero ha estado en faenas de gran envergadura como Disputada (Los Bronces); Andina, Chuquicamata, Codelco Norte, Los Pelambres y finalmente Caserones. Como para dimensionar su peso, baste decir que si uno suma la producción actual de estas mineras, suman casi dos millones de toneladas de cobre, más de un tercio del metal rojo que produce Chile. Cuando asuma el cargo de presidente ejecutivo de la estatal, en septiembre, concretará su tercer desembarco en Codelco.
Este ingeniero de la Universidad de Chile no partió en el cobre, se inició en el carbón, en Lota Schwager. Pero ya en 1975 entró a Disputada de Las Condes y en 1990 ingresó a Andina (Codelco), donde durante cuatro años fue gerente general. Ahí tuvo que expandir la producción en Río Blanco.
En 1995 asumió el cargo de gerente general de Chuquicamata, donde estuvo a cargo de los inicios de Radomiro Tomic. Tres años más tarde se fue a Los Pelambres, del grupo Luksic, donde formó
parte desde 1998, cuando empezó la construcción de la mina hasta que estuvo en la fase productiva. Y luego pasó al holding Antofagasta Minerals.
Entre 2003 y 2006 regresó a la estatal como vicepresidente corporativo de Codelco Norte. En su segundo tiempo en Chuquicamata llevó a esta minera a su máxima producción histórica, de 691.800 toneladas. Hoy produce la mitad y va bajando.
Sin embargo, su edad fue un factor que fue cuestionado incluso por algunos miembros del directorio.
Relación con los trabajadores
En los 90 le decían «Manos de Tijera» y era temido por los trabajadores de Codelco. En las negociaciones colectivas de los 90 enfrentó huelgas y «cacerolazos» en Chuquicamata, porque los
costos estaban subiendo y tras el Caso Dávila, la caja de Codelco estaba en apuros. Despidió personal: cuando llegó, en 1995, en Chuqui habían 9.400 trabajadores propios y cuando se fue, en
1998, eran 7.700. Cuando volvió en la década siguiente, mantuvo la dotación en 8 mil trabajadores.
Pese a ello, es respetado por los trabajadores. Pizarro nunca deja de mencionar al «factor humano» en cada intervención y se refiere a los mineros como «mis viejos nobles». Quienes lo conocen dicen que siempre que puede les cede el protagonismo en los eventos públicos.
Así ocurrió en la reunión de la Apec 2004. Allí ante más de veinte ministros de minería de toda Asia Pacífico y sus correspondientes delegaciones, Pizarro, a la sazón vicepresidente de Codelco Norte, saludó brevemente al granado grupo de autoridades y entregó la palabra a los trabajadores de Chuqui. Los «viejos» de la mina a rajo abierto más grande del mundo le dedicaron una gran «tronadura» -explosión para sacar el mineral- a los ministros, con los colores de la bandera chilena.
Y luego los invitaron a subir a los gigantes camiones de la división. La foto oficial de la cita fue allí.
«Pizarro miraba todo muy emocionado y divertido», cuenta un testigo. Para otros, este ingeniero es responsable del «empoderamiento» de los sindicatos de Chuqui. La resistencia de los trabajadores de esa mina a cambios en sus beneficios ha puesto en jaque la política de control de costos y el plan para transformar ese rajo en explotación subterránea, dicen en Codelco.
Nexos políticos
Independiente políticamente, pero cercano a algunas de las banderas de la Nueva Mayoría como la desigualdad y la calidad de la educación, el nuevo presidente ejecutivo de Codelco cultiva una buena relación con la Presidenta Michelle Bachelet, a quien ha visto en varios eventos públicos y privados.
Uno de sus más estrechos colaboradores es el socialista y ex subsecretario de Mideplan, Jaime Andrade, hoy gerente de Asuntos Corporativos de Caserones. Como todo gran «DT» de la minería, en la industria señalan que es factible que parta con algunos miembros de su equipo a Codelco.
El nuevo capitán de la minera defiende su carácter público. Hace una década hizo una declaración de principios que, dicen sus conocidos, aún mantiene. «Yo trabajo en Codelco empresa. Estoy absolutamente consciente de que Codelco es el mejor negocio para el Estado chileno y mi obligación es gestionarla para que lo siga siendo».
¿Qué peso tiene en la industria minera?
Cuando trabajaba en Andina conoció a Andrónico Luksic Abaroa, el patriarca del clan Luksic, que tenía un fundo y una escuela agrícola en San Vicente, Los Andes. En 1998 se fue a sacar adelante Los Pelambres -de propiedad de este grupo y socios japoneses- donde cimentó una relación muy cercana con Jean Paul Luksic.
En 2006 asumió como presidente ejecutivo de Minera Lumina Copper y como gerente general de Minera Caserones, donde los socios «aguas arriba» son también japoneses, Nippon y Mitsui.
Por eso tiene muy buenos aliados entre las compañías niponas. Incluso, cuando se lo sondeó como CEO de Antofagasta Minerals -el cargo que hoy tiene Diego Hernández-, los socios nipones de
Luksic les comentaron que sería «un gesto hostil» que se llevaran a Pizarro. Hasta ahí llegó la grúa.
Pero Jean Paul Luksic no se quedó tranquilo y fichó al ingeniero para el directorio de su brazo
minero Antofagasta PLC.
Fuente/economiaynegocios https://www.facebook.com/chilemineria.cl