Advierte que con las reformas de la actual administración “el riesgo que tengamos un daño permanente es alto”, igual como Francia tras el movimiento social de fines de los 60. Ve al ministro Valdés muy restringido “por el contexto político e ideológico en que tiene que operar”, e incluso a la Presidenta.
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Como ya es tradición en los últimos años, este jueves 6 de agosto Ricardo Caballero será uno de los oradores principales del seminario económico anual que organiza Grupo Security y que en esta ocasión se titula “¿Por qué estamos en problemas?” Lo acompañará el empresario socialista Oscar Guillermo Garretón y la idea es que, entre ambos, analicen las claves del actual escenario económico de Chile y el mundo.
En esta entrevista el profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el economista local más renombrado en el exterior, anticipa parte de sus juicios. Pese a que dice que “la esperanza es lo último que se pierde”, no está optimista sobre la posibilidad que el Gobierno de Bachelet cambie el rumbo de sus reformas y, por lo mismo, advierte que el daño futuro puede ser permanente. Su mejor ejemplo, Francia: “Nunca recuperó su vigor, aún pasadas más de tres décadas después de que su retroexcavadora se paseara libremente por las calles de Paris…”.
Dadas las turbulencias que hay en el escenario externo hoy, ¿cuánto obliga eso a mejorar el ambiente y las señales internas en Chile?
Va más allá de eso. Comparemos a Irlanda y Grecia, ambos países golpeados por shocks similares, el de Irlanda mucho más severo relativo al tamaño de su economía. Los dos lo pasaron muy mal, pero uno salió, Irlanda, y el otro se hundió, Grecia.
El valor de la flexibilidad frente a un shock macroeconómico grande es enorme. En Chile la discusión apunta a rigidizar nuestro sistema económico en el peor momento.
¿Y qué le pasa a una economía cuando se rigidiza en el peor momento?
Europa continental, y Francia en particular, ofrecen una penosa lección del resultado de esa combinación. En el caso de ellos, las utópicas y frenéticas reformas que surgieron del movimiento de sus calles a finales de los 60s, se encontraron de frente con los shocks del petróleo de entonces. El resultado fue no sólo un período de desaceleración e inflación, sino que varias décadas perdidas para aquellos que en principio deberían haber sido favorecidos por esas reformas, sus trabajadores.
¿Cuánto les tomó reparar el daño?
Hasta el día de hoy están tratando de deshacer el daño que le hicieron a su economía. Mitterrand cambió de rumbo cuando la caída era ya profunda, pero Francia nunca recuperó su vigor, aún pasadas más de tres décadas después de que su retroexcavadora se paseara libremente por las calles de Paris…
¿Ese es el riesgo para Chile, que a posteriori no se puede recuperar de las reformas que está haciendo este Gobierno?
Sin lugar a dudas. Eventualmente habrá una recuperación cíclica y, si el precio del cobre sube mucho, puede hacer que el daño estructural sea temporalmente de segundo orden. Pero, en promedio, el riesgo que tengamos un daño permanente es alto.
¿Ve al ministro Rodrigo Valdés capaz de torcer ese destino?
Tiene los conocimientos como para esto, pero su optimización debe estar muy restringida por el contexto político e ideológico en que tiene que operar. La única capaz de relajar estas restricciones es la Presidenta, e incluso para ella tendría un riesgo político de corto plazo muy alto.
¿Es pesimista entonces? ¿No ve que el Gobierno vaya a cambiar el rumbo de sus reformas?
La esperanza es lo último que se pierde.
¿Por qué llegamos hasta acá?
Contesté una pregunta parecida en este mismo medio hace más o menos un año. En ese entonces dije que la enfermedad de nuestro país es la desigualdad y que este Gobierno era la fiebre, no la enfermedad. Pero si la fiebre dura mucho tiempo, se transforma en un mal por sí mismo.
¿Cree que la economía chilena puede repuntar en el corto plazo o está definitivamente estancada? Hay gente que ya habla de un crecimiento de 2% para este año y menos de 3% para 2016.
Muy difícil de saber. El shock externo en sí mismo es mala noticia. Nuestra región como un todo es mala noticia. Y si le agregamos el caos interno que tenemos, nadie puede predecir con ninguna certitud. No me extrañaría un pésimo año cerca de 2% -ojalá me equivoque-.
¿Está de acuerdo con el “realismo sin renuncia” de la Presidenta cuando habla de la priorización del programa, o precisamente tiene que haber renuncia?
No sé qué significa en términos prácticos. Si el realismo se refiere no sólo a la restricción presupuestaria, sino también a la necesidad de superar la etapa de improvisaciones y apresuramientos con temas fundamentales para el futuro de nuestro país, entonces me parece bienvenido.
¿Hay lecciones de lo que ha pasado en Grecia para Chile?
¿Realmente necesitábamos a Grecia para aprender esa lección? Lo penoso de este episodio es que Grecia, después de mucho sacrificio, estaba finalmente empezando a crecer. Pero a veces los tiempos de la economía no son los de la desesperación de la gente, y esto genera un terreno fértil para experimentos económicos extremadamente contraproducentes.
América Latina
¿Cómo ve a América Latina éste y el próximo año?
Mal. Estamos en una pésima combinación de un shock negativo de los commodities y populismo.
En Brasil, ¿hay un riesgo real de que la Presidenta deje su puesto antes de tiempo y qué puede implicar eso para su economía?
Difícil saberlo sin conocer las pruebas que hay contra ella. Pero no sé si la oposición tenga un gran incentivo en sacar a la Presidenta Dilma. Brasil tiene problemas económicos que la trascienden a ella; ¿quién va a querer pagar el costo político de los ajustes que tendrán que hacer y la contracción asociada a éstos?
Y en Argentina, ¿ve que pueda ganar la oposición en octubre y mejorar con ello la economía?
Sí, puede ganar. Parece estar muy parejo. Si no es así, depende de cuál sea el verdadero Daniel Scioli, acerca de lo cual también hay bastante incertidumbre. Si es una continuación de lo mismo, obviamente sería un desastre. Pero he visto comentarios positivos acerca de él, en el sentido que tiene bastante claro que para que Argentina vuelva a ser una economía normal, necesitan arreglar su lío con los holdouts y reducir el déficit fiscal. Pero independientemente de quien sea elegido no será una tarea fácil, ya que heredará una economía con todos sus recursos públicos despilfarrados y fuertes presiones inflacionarias.
¿Hacia dónde va Venezuela, cómo termina?
Uff. No sé como termina, pero el final no será feliz. Mientras tuvieron el precio del petróleo alto pudieron financiar y tapar sus disparates. A los precios del petróleo de hoy, se requiere muchísima más competencia en el manejo de la economía, lo que dista mucho de su realidad. Parece inevitable que en algún momento entrarán en default y es muy probable que caigan en una hiperinflación.
Fuente:Pulso www.chilemineria.cl