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Subdirector del departamento de investigación del FMI: «Chile ha sido modelo del manejo macroeconómico entre países emergentes»

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Resalta que sigue siendo un país «con una estabilidad y una credibilidad muy altas». Subraya que caída de materias primas afectará términos de intercambio.

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El mundo anotaría su menor expansión en seis años. ¿Cómo se explica esto?

Se da por dos factores. El primero, es que la economía china crece a una tasa aún muy alta, pero más baja que antes. A precio de mercado, la economía china es tan grande como las seis economías emergentes (India, Rusia, Brasil, México, Indonesia y Turquía), por lo que hablamos de un tamaño muy importante. Además, es una economía muy abierta, lo que implica un impacto sobre los mercados todavía más grande que lo que sugeriría el tamaño de la economía.

Segundo, hay países emergentes y algunas áreas en una situación macroeconómica muy difícil este año. Esto afecta de manera importante a nuestra revisión de crecimiento por razones estadísticas. Considerando el tamaño económico brasileño, que caiga 3%, aparece en el radar del crecimiento mundial. Lo mismo con Rusia (-4%), que tiene efectos indirectos sobre los países a su alrededor. Venezuela, que no es tan grande, pero su contracción es súper fuerte. En Medio Oriente, hay países en una situación desastrosa, objetivamente. Por ejemplo, el PIB de Yemen se contraerá cerca de 30% por la guerra civil.

¿Se podría decir que los emergentes viven una tormenta perfecta con la desaceleración de China, que golpea a las materias primas y el alza del dólar?

Algunos tienen una tormenta, aunque tienen mejores recursos y una situación inicial distinta a la de años previos. Pero hay muchas diferencias en el bloque. Entre los productores de petróleo, casi todos, salvo Colombia, tienen economías dominadas por el crudo, por lo que la importancia de la producción de materias primas es central y el impacto será muy fuerte.

Los exportadores de metales, como Chile y Perú, van a estar afectados en los términos de intercambio y  son economías con un marco macroeconómico muy sólido, tanto fiscal como monetario. Gracias a su virtud en los tiempos buenos, tienen la posibilidad de utilizar la política macro para suavizar el impacto de los shocks externos. Otro factor estructural para muchos de los emergentes ha sido la menor exposición en moneda extranjera.

En este sentido, sí es una tempestad perfecta, pero al mismo tiempo hay países con naves más solidas para aguantarla.

En este contexto, ¿cómo ve a Chile?

Chile ha sido el alumno modelo del manejo macroeconómico en los países emergentes y sigue siendo un país con una estabilidad y una credibilidad muy altas. Ha tenido una tasa de crecimiento promedio muy alta desde la recesión de inicio de los 80. La nación pasa por una transición hacia la categoría de países avanzados en términos de ingresos.

Con el alza de la renta per cápita hay preocupaciones distintas de la población, como distribución de la renta. Eso tiene implicancias para las decisiones de políticas económicas, que se vuelven más difíciles. Pero esto es normal.

Ahora, se han juntado cuestiones domésticas con una situación externa complicada, pero hay que mantener la perspectiva. Vemos un crecimiento potencial más bajo que antes, en parte por la caída de las materias primas, porque ha subido la renta per cápita y la región tiene una temporada más difícil, pero seguimos razonablemente optimistas. Lo digo en el sentido de que la tasa de crecimiento para este año y el que viene es bajo para Chile, pero para la región, son absolutamente positivas.

¿Cómo evalúa las reformas que ha anunciado el gobierno?

Todavía es pronto para dar una evaluación y tal vez no soy la persona adecuada para dar una visión puntual. En una perspectiva de mediano plazo, las reformas que busquen subir el nivel promedio de la educación son muy importantes, sobre todo para una economía que ya está en un nivel de ingreso tal que requiere un nivel de productividad elevado.

Hay otras reformas sobre inversión pública que también pueden tener un impacto positivo sobre la demanda. La cuestión es cómo manejar todo manteniendo ese marco de credibilidad acumulado con los años y manteniendo la confianza empresarial, que en Chile ha sido muy alta y que en estos últimos años se ha visto algo debilitada.

 

Fuente:La Tercera 
www.chilemineria.cl

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