Representante de la gran minería explica las últimas decisiones tomadas por la industria y ve con preocupación el futuro. Señala que a la industria le falta un «director de orquesta» y que ha habido años de creatividad legislativa, con múltiples propuestas normativas que podrían afectar al sector.
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Una sucesión de malas noticias ha enfrentado la minería en lo que va del año, pero con más intensidad en las últimas semanas. La baja del cobre, mucho mayor a lo pronosticado a comienzos de año, ha obligado a la industria a tomar medidas dolorosas como baja de producción y reducción de personal. Según el presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, a este panorama se suman antecedentes complejos como una proliferación de una legislación “creativa” y la falta de un director de orquesta en la industria.
¿Cómo está la minería hoy?
Estamos en la parte baja del ciclo. Esta es una industria acostumbrada a periodos cíclicos y venimos saliendo de lo que todos conocen como el súper ciclo. Hoy estamos 45% más bajo que el precio más alto que tuvimos en los últimos diez años y esto lleva a que las mineras tomen medidas en dos órdenes de magnitud. La primera es la reducción de costos, que está destinada fundamentalmente a mejorar la productividad y tiene dentro de sus factores negativos que se tenga que despedir personal y en algunos casos más extremos, a reducir producción. Adicionalmente hemos visto como tendencia en algunas mineras un reordenamiento de activos, desprendiéndose de aquellos menos rentables o más pequeños.
¿Cómo ven los precios?
Aquí hay un mercado muy importante como el chino, que consume aproximadamente el 40%, el 45% del cobre de todo el mundo. Mientras China no se estabilice y no conozcamos las cifras reales de ese mercado, no podemos saber cuándo va a cambiar este escenario. Los factores que influyen ahí están muy vinculados a una serie de elementos que no son del todo conocidos, por lo tanto, nadie sabe a ciencia cierta cuánto va a durar la crisis China (…) Pero sí se puede saber que Chile no va a subir su producción y no vamos a llegar a los seis millones de toneladas en el corto plazo.
¿Ve riesgo de cierres de faenas?
Yo no descarto que algunas compañías disminuyan producción, pero no tengo información cierta de que esto vaya a ocurrir. Algunas faenas están bastante ajustadas en relación a su costo de producción y al precio de compra. Por todo esto, no vemos ningún otro proyecto greenfield en funcionamiento y eso sí que es una mala noticia, ya que si se verificaran los escenarios optimistas, que plantean algún repunte en algunos años, Chile no va a poder aprovechar esa posible bonanza.
¿Cómo ha actuado la autoridad?
Las inversiones mineras son de largo plazo y, por lo tanto, conocen, saben y conviven con periodos cíclicos, pero cuando deciden invertir, si bien asumen esto, valoran muchísimo tener un marco de funcionamiento de operación que sea relativamente claro. Pero lo que ha ocurrido en Chile en el último tiempo, que parte en el periodo anterior y se ha intensificado en este Gobierno, es que hemos tenido una creatividad legislativa a nivel de Congreso y del propio Gobierno que ha sido extremadamente prolífera y, por lo tanto, han entrado en discusión un sinnúmero de variables que son muy relevante a la hora de decidir si inviertes o no inviertes en el país. Puedo nombrar doce proyectos de ley que de una u otra manera afecta a la minería. Lo que está ocurriendo hoy día en el país no es solo producto de decisiones que está tomando este Gobierno. Ya en el gobierno anterior veníamos señalando que carteras de proyectos extremadamente optimista que publicitaba Cochilco no coincidían con la información que nosotros manejábamos internamente.
¿Se quedó pegada la legislación en la bonanza?
La legislación minera chilena fue tremendamente exitosa porque permitió que Chile se transformara en el primer productor de cobre del mundo, que multiplicara por cinco su producción de cobre, que aprovechara el súper ciclo de una manera inmejorable, que pudiera ahorra para el periodo de vacas flacas (…) El primero en establecer estándares de calidad fue la industria minera, y por lo tanto, hemos sido pioneros en eso, pero aquí ha caído una verdadera guillotina que marca un antes y un después. Ha faltado calle, cerro y conocimiento de lo que es la minería en el fondo. Cambiar procesos es difícil, cambiar costumbres es difícil y nosotros estamos evolucionando en esa línea. Además creemos que hay en estas discusiones falta de diálogo, falta de capacidad de oír, falta de voluntad de ceder. Finalmente ha primado en algunos casos, visiones que son bastantes ideologizadas, visiones que están muy marcadas por grupos minoritarios, en muchos de los casos, ambientalistas y también, hay que decirlo, hemos sido objetos de unos chantajes impresentables, de los cuales lamentablemente se han hecho eco de algunos organismos porque la legislación lo permite, no por mala fe de esos órganos. Mientras tengamos toda esta discusión legislativa, cuyo origen está en parte en el Congreso y en parte en el Gobierno, y no tengamos un director de orquesta único, alguien que tenga la capacidad de mirar como toda este conjunto de leyes, esta proliferación de normas, mientras no tenga un director de orquesta que sea capaz de mirar esto con una visión de industria y decir mira todo esto constituye un cambio muy profundo, que va a postergar el desarrollo o enlentecer una industria que es fundamental para el país, no esperemos que venga una cantidad de inversiones muy relevante.
¿Cómo ven la reforma laboral, y puntualmente, el tratamiento de los movimientos ilegales?
La minería está acostumbrada a vivir, negociar y trabajar con un sindicato con altos niveles de representatividad. Por ello, parte de la reforma laboral para la industria minera no resulta tan dramática como sí puede resultar para otros sectores del país. Pero hay otra parte de la reforma laboral que sí es muy negativa, y esto es por lo que omite. Las faltas son por acción u omisión y aquí se cometen omisiones que son graves. La primera está vinculada con la ausencia total de regulación de lo que son las huelgas ilegales. Las huelgas ilegales son más que las huelgas legales, pero ahí existe una impunidad total. La Dirección del Trabajo jamás ha sancionado las huelgas ilegales, ni los tribunales de justicia tampoco, por lo tanto existe libertar para hacer lo que quieran, incluso con violencia, sin que haya consecuencia para ellos. Este Gobierno desaprovechó una oportunidad única para establecer las reglas claras y haber dado una señal. Tal como lo dice el proyecto, tal como lo ha dicho hasta el agotamiento el subsecretario y la antigua ministra y la ministra actual, ésta era una reforma que en uno de sus objetivos estaba la redistribución; para que haya redistribución tiene que haber un incremento de productividad, sino lo que se hace es incrementar las rentas de manera artificial.
Fuente:Pulso www.chilemineria.cl