Expertos analizaron el desarrollo del grafeno y cómo la alternativa al metal rojo se ha abordado en Chile frente a otros países del mundo.
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En 2004 los rusos Andre Geim y Konstantin Novoselov anunciaron el descubrimiento de un nuevo material: el grafeno. Sin embargo no fue hasta 2010 que este elemento tuvo impacto a nivel mundial, cuando ambos investigadores de la Universidad de Manchester recibieron el Premio Nobel de Física. Dadas sus cualidades, que han sido descritas como “increíbles” por los expertos, es considerado el posible sustituto del cobre, ya que como conductor eléctrico y de calor, supera cualquier otro material conocido.
Patricio Meller, ingeniero, investigador y presidente de Fundación Chile, considera “preocupante” el interés mundial por el grafeno, ya que “veo una explosión impresionante en aumento de patentes, publicaciones y más de US$3.000 millones que se están gastando los países en investigación en torno al grafeno pero, ¿Quién está investigando esto en Chile?”. “Hay una falta de visión de lo que está pasando en el mundo”, dice Meller y agrega “nosotros somos los que debiéramos estar invirtiendo en esto, porque lo que afecte al cobre es un problema país.
Aquí falta inteligencia analítica minera focalizada en este tema relevante para ver el potencial que tiene y cuáles son los riesgos que hay en el futuro”, comenta Meller y enfatiza que podría repetirse lo ocurrido con el salitre sintético. Según un estudio de Corfo, en 2006 sólo se habían hecho 138 publicaciones respecto al material en todo el mundo. En 2014, la cifra aumentó a casi 11 mil, observándose un crecimiento constante y explosivo. De las casi 41 mil investigaciones a la fecha, 61 se han realizado en Chile.
Respecto a la cantidad de patentamiento sobre grafeno para los últimos 10 años a nivel mundial, Corfo identificó un total de 10.281 solicitudes de patente, concentrándose el 90% de ellas en los últimos cuatro años y sólo una en nuestro país. De acuerdo a Humberto Palza, académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, los chilenos deben estar preocupados pero “menos de lo que uno cree” ya que asegura que “el grafeno nunca llegará a ser un sustituto completo del cobre, obviamente lo va a reemplazar en un porcentaje pero es difícil pronosticar si será bajo o alto”.
“Por lo menos es un buen incentivo para evitar la inercia de que el cobre es espectacular y podemos descansar en él”, dice el ingeniero y sostiene que, a nivel de procesamiento, el metal rojo ya está bien desarrollado, en cambio en el grafeno “aún eso no está resuelto y por eso hay tanta investigación en torno a cómo producirlo, lo cual además es carísimo”. La gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, Marcela Angulo, asegura que desde el descubrimiento del material “ha habido dos posiciones: una súper alarmista que decía que el grafeno iba a sustituir al cobre muy rápido y otra desde la industria que decía que para eso faltaban 50 años y más”.
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Angulo comenta que puede verse una “emergencia” en el mundo por avanzar en el tema del grafeno y que “todas las semanas alguien descubre algo nuevo acerca de cómo producirlo en masa”. De hecho, la Unión Europea tiene como una de sus grandes prioridades el programa “Graphene Flagship”, el cual tiene US$1.000 millones de recursos destinados a investigación del nuevo material y espera que para 2025 varios de los usos del grafeno estén listos para ser masificados. La gerente asegura que el derivado del grafito “definitivamente es una amenaza porque va a desplazar al cobre en varios de sus usos donde hoy tiene buen posicionamiento”, sin embargo “el grafeno no podrá sustituir todas las propiedades” del metal rojo.
¿Qué está haciendo Chile? Desde Corfo, Angulo considera que “estamos tarde en investigación” e indica que los que más tarde están “son los de la industria del cobre, que han pensado que a esto le faltan 50 años y nuestra visión es que es bastante más amenazante que eso”. La gerente explica que las rutas de trabajo que se están impulsando desde Corfo tienen que ver con vigilar lo que está pasando en el mundo para que esto no “pille a Chile desprevenido”, y encontrar nichos, con ayuda pública, privada y académica, en donde al país le convenga tener capacidades, “como descubrir en qué áreas el grafeno mejora las competencias del cobre”.
“Si el grafeno empieza a meterse en el mundo a nivel más industrial, como somos un país pequeño con pocos recursos tenemos que consensuar dónde tiene sentido que Chile esté para decidir en qué áreas queremos tener presencia mundial, porque vamos a poder competir contra los coreanos, los europeos y los norteamericanos”, concluye Angulo.
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Fuente: Emol.com www.chilemineria.cl
