Home » Entrevistas, Noticia País » Banco Central ajusta a la baja el crecimiento por crisis social e insta a acuerdos para evitar un cuadro más “sombrío”
En el Ipom más complejo para el Banco Central, el mensaje de la autoridad tuvo un alto contenido político. Es que los disturbios han tenido un impacto relevante para 2020: el desempleo superará el 10% y la inflación subirá a 3,6%, entre otros. Por eso llamó a cerrar “lo antes posible los temas pendientes de definición política”.

El Banco Central dio un duro baño de realidad. La crisis social y los disturbios en los últimos 50 días, han tenido un fuerte impacto en la economía. Esta fue la conclusión del Informe de Política Monetaria que publicó el Banco Central, y el mensaje fue uno solo: se requiere un acuerdo social.

El mensaje del ente rector, presidido por Mario Marcel fue directo: en el corto plazo habrá dos trimestres consecutivos de contracción económica medido 12 meses, el PIB crecerá 1% en 2019 (en lugar de 2,25%-2,75% previsto en septiembre) y entre 0,5% y 1,5% en 2020 (frente a 2,75%-3,75%), el desempleo superará el 10%, la inversión caerá 4% en 2020, la inflación cerrará en 3,6% el próximo año (ver detalles en página 8). Con estos números, el costo de la crisis al 2021 es de 4,5% del tamaño del PIB, que equivale a unos US$12 mil millones. Es decir, el PIB per cápita será cerca de US$650 inferior.

Dada la gravedad de los hechos y lo que el país se juega en esta coyuntura, el presidente del Banco Central (BC), Mario Marcel, calificó este informe como el “más difícil desde que se implementa en Chile desde el marco de metas de inflación. Difícil en su preparación, difícil por las dimensiones de la incertidumbre y difícil en su mensaje”.

Y uno de sus principales mensajes fue que si no se logran acuerdos transversales entre los distintos actores sociales, la evidencia muestra “un panorama para la economía que será significativamente más sombrío, donde incluso el empuje conjunto de la política monetaria y fiscal será insuficiente para evitar una recesión y un aumento persistente del desempleo”.

En este punto, el Ipom señala que si el desempleo se estacionara en cifras en torno al 10% y la inflación se empinara al 6%-el doble de la meta del Banco Central- el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en la distribución del ingreso, retrocedería 27 años, hasta los valores que exhibía a comienzos de los noventa. “Esto nos sirve para demostrar que las variables macroeconómicas tienen relevancia para la distribución del ingreso”, subrayó Marcel. Aunque ese no es su escenario central.

Así, para el ente rector, dado el origen de la incertidumbre, su reducción depende de que se generen acuerdos transversales entre distintos actores sociales. “La evidencia de episodios similares en otros países, muestra que aquellas sociedades que han logrado acuerdos que mejoran la institucionalidad y gobernabilidad pueden transitar por estos cambios profundos con efectos acotados en la actividad y el empleo”.

En su discurso ante la Comisión de Hacienda del Senado, el presidente del Banco Central, puntualizó que “lo peor que le puede pasar a una crisis social y política es que se combine con una crisis económica, donde los recursos y las posibilidades para resolver los problemas se verían considerablemente limitados y surgirían otros de igual o mayor envergadura”.

Marcel advirtió que con su escenario base el nivel de producto, y por ende, el nivel de ingresos y riqueza de todos los chilenos, será bastante menor de lo que se esperaba hace solo tres meses, pero que de prolongarse una situación en la cual la economía no pueda operar en las condiciones adecuadas, el escenario del empleo, el ingreso y la calidad de vida de las personas se verán aún más afectados.

Marcel recordó que la historia de América Latina “tiene demasiados episodios de esta naturaleza como para ignorarlos”. Y por ello, menciona que “la perspectiva macroeconómica aporta un grado adicional de preocupación. La magnitud del impacto de la crisis social es comparable con algunos de los mayores shocks recibidos en el pasado por la economía chilena”.

Los desafíos políticos

Para salir adelante de esta encrucijada, el BC plantea la necesidad de acelerar el paso para cerrar pronto los temas políticos pendientes. Sobre el punto destacó los acuerdos tributarios, el proceso para una nueva Constitución y el despacho del Presupuesto para 2020. Por esa razón, enfatizó que se debe cerrar “lo antes posible los temas pendientes de definición política”.

Una segunda lección se refiere a la importancia de mantener un sentido de urgencia respecto de reformas que benefician a las personas y evitan abusos, entre ellas el registro unificado de deudas, en un contexto en que el sobreendeudamiento de segmentos importantes de la población se ha apoyado en el desconocimiento de su verdadero nivel de compromisos con distintos acreedores. “Podemos confirmar ahora que el Ejecutivo enviará prontamente un nuevo proyecto sobre la materia para su discusión en el Congreso Nacional”, acotó.

Marcel sostuvo que si bien no está en su naturaleza dar falsas esperanzas, o hacerle creer a la gente que será fácil resolver las cosas, tampoco podemos dar la idea de que “existen recursos e instrumentos ilimitados para que la economía y la población pasen incólumes este período turbulento”.

Si bien Marcel dijo que el marco de política económica nos ha permitido reaccionar de forma adecuada, manteniendo una política monetaria altamente expansiva que otorga el espacio necesario para que la política fiscal actúe con fuerza y adoptado medidas, incluyendo la intervención cambiaria, “aún se requiere de compromiso, cooperación y acciones concretas que permitan asegurar que el país logrará superar esta crisis y usarla como una oportunidad para mejorar la vida de todos sus habitantes”. En este aspecto indicó que “las últimas horas han sido alentadoras en cuanto al avance de importantes iniciativas, reafirmando el respeto a la Constitución. Nos parece que esta Comisión, donde se logró el primero de los acuerdos transversales en respuesta a la crisis, es un lugar especialmente apropiado para reafirmar el valor de ese compromiso con el país, compromiso del cual el Banco Central se siente parte”.

Mandato, la inflación

El BC aprovechó de dar otro mensaje: concentrarse en las tareas que nos ha asignado la ley, es decir, el control de la inflación y la promoción de la estabilidad financiera es clave. “Frente a la posibilidad de agregarle nuevas tareas al Banco Central, no podemos perder de vista la situación que enfrenta el país y la consecuente necesidad de disponer de todos nuestros recursos en pos de estabilizar la economía y las finanzas”, precisó Marcel.

Para enfatizar su rol en el control de precio, el presidente del ente rector recordó los inicios de la crisis social. “Muchos pensaban, por ejemplo, que, tras décadas de baja inflación, esta había dejado de ser una preocupación para la población. No obstante, el hecho de que la actual crisis se haya gatillado con un aumento de la tarifa del Metro de Santiago y que el costo de la vida sea citado como una de las principales causas de malestar ciudadano, indica que es un tema que mantiene plena -o incluso mayor-vigencia”.


Fuente/Pulso
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