El alza del dólar y la caída en el precio de insumos clave para la industria, como la energía o el ácido sulfúrico, llevaron el indicador promedio a US$ 1,21 por libra.

Una importante contracción registraron los costos de operación de las mineras chilenas al cierre del primer trimestre (último dato disponible), en línea con la caída en los precios que se vio durante esa parte del año. Producto de los menores precios del cobre vistos durante los primeros tres meses del año, existió una presión al alza del tipo de cambio, impactando de manera positiva los costos de aquellos ítems, donde la moneda nacional tiene una alta participación, como lo son las remuneraciones, servicios de terceros y materiales.

En dicho período, el indicador retrocedió en un 15% respecto del mismo lapso de 2019, pasando de US$ 1,43 por cada libra, a US$ 1,21, impulsado principalmente por un efecto positivo atribuible al aumento de 20% en el valor del tipo de cambio; menores cargos por tratamiento y refinación (Tc-Rc); disminución en los precios de combustibles, con una caída de 8%, y del valor de la energía eléctrica y ácido sulfúrico, con una baja de 9% y 35%, respectivamente.

Pese a este nivel de costos, el 57% de las 21 operaciones de la muestra se ubican en el cuarto cuartil de costos producción de esta (sobre US$ 1,5). Sin embargo, estas representan el 25% de la producción de cobre y en su mayoría corresponden a las faenas de menor tamaño. En el primer cuartil (menos de US$ 1), es decir, las más eficientes, existen solo tres operaciones.

Según explicaron desde Cochilco, las variaciones son atribuibles principalmente a factores de mercado, más que a factores dependientes de las empresas. “No cabe duda de que las compañías mantienen sus costos controlados y, al parecer, los espacios para reducir los costos están ligados a cambios tecnológicos. Es decir, reducciones estructurales de los costos van de la mano de la introducción de nuevas tecnologías e integración de los procesos y eso aún está en desarrollo”, sostuvo Marco Riveros, vicepresidente ejecutivo de la entidad.

Respecto de los efectos de la pandemia, apuntó a que uno de los impactos podría venir de la mano de paralizaciones y menor producción. Sin embargo, hasta mayo, la producción acumulada era 3,3% superior. Se espera que en los meses de junio y julio, las cifras de producción muestren alguna disminución, afectando los costos.

“Los esfuerzos por mantener la continuidad operacional, eventualmente podrían tener efecto en los costos operacionales, pero probablemente esos impactos los vamos a ver prorrateados en las cifras anuales”, aseguró Riveros.