El calendario laboral concentra importantes procesos, dentro de los que destacan el caso de Minera Escondida y de varios sindicatos de Codelco.

Más de dos semanas son las que acumula la huelga del sindicato mina de Minera Candelaria, a la que la semana pasada se unió el sindicato planta, obligando a la compañía a detener sus operaciones. Y si bien Candelaria no está entre las minas más grandes del país, ha comenzado a verse en el mercado la preocupación por los próximos procesos de negociación que se avecinan, que en lo que resta del año se producirán en Centinela, de Antofagasta Minerals, y algunos sindicatos en El Teniente, el más productivo de la estatal Codelco.

Pero además, esta huelga se da justo en medio de la celebración de la semana de la Bolsa de Metales de Londres, uno de los eventos más importantes para la industria minera mundial. Sin embargo, apuntando al 2021 sí que existan negociaciones de alto calibre, y es que se trata de 39 procesos, seis más de los programados para este año. Además, dentro de este grupo se incluyen varios sindicatos importantes, como el de operadores de Minera Escondida, uno de los más grandes de toda la industria local con más de dos mil socios, reconocido además por sus largas paralizaciones que incluso han afectado en su momento a los indicadores económicos del país.

BHP también tendrá que enfrentar un proceso con los operadores de Spence, donde se contabilizan más de mil socios. Otra minera que tendrá un desafiante 2021 en el aspecto laboral será Codelco, que en calendario tiene más de 20 procesos diferentes, donde destacan principalmente las organizaciones de mayor volumen de El Teniente, y de división Andina.

Por su parte, Antofagasta Minerals negociará con sindicatos de las faenas de Los Pelambres y Centinela que concentran otros 2.500 trabajadores Con todo, según las estimaciones de Plusmining, se trata de más de 20 mil trabajadores que estarán involucrados en procesos de negociación colectiva en 2021, los que a su vez, representan alrededor del 80% de la producción total de la industria local, elevando los temores de una posible detención en alguna faena.

“Desde el punto de vista de la oferta, este es uno de los factores más importantes, pero también puede haber nuevos brotes de covid-19, que pueden presionar a la producción; están casi al mismo nivel. Junto con esto, los temas geopolíticos también pueden ser influyentes en la demanda del próximo año”, aseguró el director ejecutivo de la consultora Plusmining, Juan Carlos Guajardo.

Desde el Consejo Minero, instancia que agrupa a la Gran Minería del cobre, coinciden en que mientras más procesos de negociación hay en un año, mayor es la probabilidad de que ocurran algunos eventos de huelga. “Esa probabilidad depende de factores como las expectativas de empleadores y trabajadores sobre el desempeño financiero de la compañía y sobre la evolución de la productividad, junto al estado de las relaciones laborales, lo que varía de empresa a empresa”, comentó el gerente de Estudios de la organización, José Tomás Morel.

En tanto, la directora de Estudios de Vantaz Group, Daniela Desormeaux, le restó dramatismo al calendario de negociaciones y aseguró que si bien siempre estas situaciones generan incertidumbre con respecto al impacto en producción, no están viendo por ahora un riesgo mayor. “Efectivamente, hay que ir monitoreando muy de cerca cómo estos procesos se van desarrollando para poder ir evaluando los impactos en producción”, señaló.

Cambios en las negociaciones En lo que coinciden los expertos es en que se debe impulsar una modificación a la hora de enfrentar los procesos de negociación colectiva, lo que prácticamente no cambió en nada desde la última reforma laboral. “La dinámica sigue siendo la misma, donde se apunta a un bono que es el centro de gravedad de la negociación.

Hay un problema de fondo, y es que la negociación debiese ser una oportunidad para un diálogo amplio, un mejoramiento de la gestión de la empresa, pero se tiende a ver como una instancia más bien transaccional, eso es algo que no se ha podido cambiar, que sigue siendo igual que antes de la reforma”, señala Guajardo.

En tanto, Desormeaux apuntó a que se debe avanzar en que las negociaciones se desarrollen de manera anticipada de modo de evitar que los conflictos escalen y terminen paralizando las faenas. “Los acuerdos deben ser realistas, según las condiciones actuales y esperadas a futuro de la industria.

Si bien la demanda por cobre está mostrando dinamismo y las perspectivas son favorable, estamos aún insertos en una crisis económica sin precedentes, todavía una alta cuota de incertidumbre, que se suman a los desafíos propios de la industria minera que tienen relación con los temas de productividad, costos y sustentabilidad”, complementó.