Durante el último “súper ciclo” del metal ocurrió un efecto similar, por lo que hay voces que no descartan que pueda repetirse en un contexto en el que la construcción y el agro ya apuntan escasez de trabajadores. Desde el sector minero, en todo caso, se alejan de esa posibilidad.
El consenso apunta a que 2021 es un año crucial para la reactivación económica, teniendo como uno de sus principales desafíos la recuperación del empleo fuertemente golpeado en el país tras la irrupción del covid-19. En ese contexto, el Informe de Perspectivas de Negocios emitido por el Banco Central en febrero, apuntó que existen importantes desafíos para diversas áreas de la economía en materia laboral. De hecho, el documento expuso que tanto en el sector de la construcción como en el agrícola “se informa sobre la escasez de mano de obra, y entre las razones, se cita una mayor cantidad de emprendimientos informales o la reubicación de obreros hacia otros rubros”.
Situación que preocupa a ambos secores. Según señaló a El Mercurio Antonio Errázuriz, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), actualmente el rubro “no cuenta con la capacidad de mano de obra apropiada para desarrollar los proyectos”. De acuerdo con un estudio expuesto por el gremio en una sesión que se llevó a cabo la semana pasada en la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados, durante el mes de enero los ocupados en la construcción registraron una baja de 15% respecto a igual periodo del año anterior, es decir, más de 114 mil puestos de trabajo menos en el sector.
Y esto, incluso, podría eventualmente agravarse ¿La razón? Una posible migración de mano de obra hacia la minería, en medio del buen momento por el que cruza ese sector ante un cobre que cotiza en los US$4 la libra. “La minería tendrá un gran volumen de trabajo y sabemos que tienen mejores ingresos, eso nos ha ocurrido en el pasado y se creará una migración a trabajos mineros”, apuntó Errázuriz. Según los datos de la CChC, un trabajador de la minería tendría un ingreso promedio de $693.242, ante el promedio de $527.000 en la construcción.
Tomás Flores, ex subsecretario de Economía durante el primer Gobierno de Sebastián Piñera, sostuvo que efectivamente un éxodo de trabajadores provenientes del agro y la construcción hacia la minería podría ocurrir, tal como pasó en 2011 -cuando integraba el equipo ministerial-, en pleno “súper ciclo” del metal rojo. Así, dada la experiencia de ese entonces, Flores explicó que un fuerte aumento en los precios del cobre, como se está viendo hoy, “no solo aumenta el nivel de producción de los yacimientos que ya están en operación, sino que se hace atractivo explorar yacimientos cuyo costo era muy alto y que por eso están cerrados”.
s más, el economista recordó que hace diez años debió crear mesas de trabajo con el sector privado ante la falta de mano obra, puesto que “fue tan sustancial el poder de absorción que generó Antofagasta y todo el entorno minero que sacó trabajadores especializados de todos los sectores, y uno de los más afectados fue la construcción, porque todos los procesos mineros requieren de obras civiles”. Por ello, el experto advirtió que “se puede generar un problema, que requiere de mucha coordinación, porque hay cierto tipo de trabajador calificado que no es fácil de preparar rápidamente. En ese sentido, creo que existe la posibilidad de que algo como lo ocurrido en el año 2011-2012 se vuelva a repetir”.
Habría una migración, pero sería menor
En todo caso, desde el gran empresariado si bien reconocen la posibilidad de que este efecto migratorio ocurra, lo ven, por ahora, con tranquilidad. Juan Sutil, presidente de la Confederación de Producción y del Comercio (CPC), descartó que un eventual traslado de mano de obra hacia el sector minero perjudique de manera importante tanto a la agricultura como a la construcción.
Según Sutil expuso a Emol, si bien “en algunas especialidades puede que ocurra esta migración, en labores de calificación, pienso que no será un impacto mayor, dado que la minería está en un régimen bastante estable y la proyección para este año es mantener volúmenes productivos con leves crecimientos, por lo tanto, no hay grandes proyectos de impacto importante en este minuto. Pero efectivamente puede haber una migración, a mi juicio, menor”.
Por otra parte, se alejo del argumento referente a que el hecho de que la minería otorgue sueldos más altos incida en que la actividad extractiva se vuelva más atractiva para los trabajadores, esto debido a que “ha habido mejoras en los ingresos temporales, dada la escasez de personal que ha habido en los proceso de cosecha, de packing, y también en la necesidad de mano de obra en la construcción, por lo que, aunque puede ser un factor, no será determinante, dado que han mejorado los sueldos en todos las áreas productivas”. En tanto, desde el mundo agrícola, Jorge Valenzuela, presidente de la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta), indicó que “todo lo que es mano de obra más calificada, como chóferes de maquinaria y mecánicos, si migra, va a ser a la minería, eso ya nos pasó en el ‘súper ciclo pasado’”. No obstante, expresó que de ocurrir algo semejante, “en el sector agrícola no tiene impacto”.
Otro experto que intervino en este debate fue Juan Bravo, economista de la U. Católica y experto en temas laborales, quien señaló que nos encontramos en un periodo de “holguras laborales”, considerando que la tasa de cesantía revelada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se mantiene por sobre dos dígitos – 10,2% en el trimestre móvil noviembre de 2020 y enero de 2021- por lo que, desde su perspectiva, “no se justifica la idea de que exista escasez de mano de obra”.
“Hay mucha gente disponible que actualmente está buscando trabajo”, dijo, añadiendo que una eventual salida de mano de obra hacia el sector minero dependerá exclusivamente del nivel de producción que gatille el aumento de los precios, y de cuán larga sea la bonanza actual del valor del cobre. “Mi impresión a priori es que debería haber poco traslado desde otros sectores hacia la minería, debido al contexto generalizado de bajas oportunidades laborales que existe, y la inmensa cantidad de personas que no han logrado insertarse laboralmente”, sostuvo Bravo.
Por otro lado, añadió, “si uno piensa en la envergadura de las inversiones relacionadas a la minería, ellas están pensadas en horizontes de varios años, y dado que no sabemos cuánto durarán estos tiempos de precios altos, el impacto en la producción debiese ser acotado”. Mientras que desde el sector minero, Joaquín Villarino, presidente del Consejo Minero, comentó que la industria no anticipa un incremento sustantivo en la producción y tampoco la entrada en funcionamiento de proyectos en el corto plazo que pudieran justificar un aumento en la demanda de mano de obra.
Por lo mismo, declaró “me cuesta ver que se genere una especie de proceso migratorio que esté a punto de producirse, que involucre a un cambio de trabajadores desde la construcción hacia las empresas mineras”.
“Las grandes compañías no manifiestan una reacción tan rápida solo porque sube el precio del cobre en un mes, puesto que los proyectos mineros toman mucho tiempo y se planifican a largo plazo, por lo tanto, navegan por los ciclos buenos y por los ciclos malos sin grandes ajustes de dotación”, expuso Villarino. Y cerró diciendo que, si bien durante el “súper ciclo” pasado hubo mayor solicitud de mano de obra, dado que muchos proyectos comenzaron a operar, este no es el caso.”Los planes mineros no se ven dramáticamente modificados por un mes de buenos precios”, recalcó.
Fuente/Emol Chile Minería www.chilemineria.cl www.facebook.com/chilemineria.cl/ twitter.com/CHILEMINERIA www.instagram.com/chilemineria #chileminería, #minería, #energía,#cobre,#centrocesco, #negocios,#aprimin