Luego de su interrupción en 2020 por la pandemia, este año se retomará la Cesco Week, uno de los eventos mundiales más relevantes para el cobre.

La próxima semana, Chile será el epicentro de discusión minera. La Cesco Week, que el año pasado no se realizó, comenzará con la Conferencia Mundial del Cobre organizada por la consultora CRU, donde una serie de altos ejecutivos compartirán su visión.

Alejandra Wood, directora ejecutiva de Cesco, cuenta que en la instancia se discutirán una serie de temas, como las barreras para la inversión en este contexto de pandemia, cuáles son los cambios operacionales impuestos por el Covid, además de presentaciones sobre temas de sustentabilidad y cambio climático, entre otros.

La contingencia local también estará presente. No solo por la discusión de nuevos tributos, sino también por la nueva Constitución. Wood cuenta que esto será abordado en un panel sobre la institucionalidad que estará integrado, entre otros, por el exministro Rodrigo Valdés, la académica Claudia Sanhueza y Pilar Hazbún, de LyD.

“En el caso particular de Chile, efectivamente está este proceso ad portas. Sin duda, está siendo observado de manera internacional por los actores de la industria, porque produce cierta incertidumbre. Por eso quisimos presentar este seminario como un aporte a la discusión”, dice.

– ¿En qué estado está la minería?

– La industria tuvo un buen 2020 pese a la crisis sanitaria. Pese al desafío sanitario y logístico, el resultado ha sido bastante exitoso, con la mayoría de las compañías cumpliendo sus metas de producción, pero además mostrando flexibilidad y capacidad de adaptación: se cambiaron turnos, se aumentaron testeos, etc. Hacia el segundo semestre volvió a recuperar su ritmo, porque las faenas aprendieron a trabajar bajo condiciones seguras para la salud.

Por el lado del precio, aunque algo volátil, ha sido una buena noticia en los meses que van del año, lo que resulta positivo ante un momento de mayor gasto asociado a las ayudas económicas para enfrentar el impacto de las nuevas cuarentenas. La mayoría de los analistas han ajustado sus proyecciones y es probable que el precio promedio se mantenga en 3,5 por centavos de dólar la libra para el año.

– El alza del precio también trajo la discusión del royalty a nivel local…

– El alza del precio desencadenó el cuestionamiento sobre los aportes del sector a las arcas fiscales. En Cesco valoramos que la contribución de la minería al país sea objeto de interés y de discusión. Creemos que los montos involucrados y las modalidades de la tributación debieran ser de público conocimiento, para facilitar esta conversación. Por eso, hicimos un llamado a la prudencia, intentando promover una mirada de largo plazo y de la contribución del sector más allá de los impuestos.

– ¿Por qué creen que es necesaria esta mirada?

– Lo que está detrás de todo esto, es la necesidad de pasar de una mirada de la actividad minera como una vaca lechera, proveedora de recursos para el Estado, a una mirada que abarque todas sus dimensiones e impactos, como lo sugieren experiencias de países mineros desarrollados y múltiples organizaciones y centros de estudios internacionales.

Creemos que el espacio para una discusión de este tipo, que sea rigurosa y transversal, es justamente el proceso constituyente ad portas, pero con la información adecuada, para buscar el equilibrio óptimo entre tributación e inversión.

– ¿Sigue siendo atractivo Chile para la minería?

– Nosotros estamos convencidos de que Chile sigue siendo un distrito minero atractivo a nivel internacional, aunque ya no es excepcional.

Las principales empresas de recursos naturales a nivel global tienen importantes activos en el país y ojalá no perdamos de vista que ese parque productivo debe ir renovándose. El boom de inversión vivido en los 90, fue favorecido por un buen marco institucional, diseñado sobre la base de garantía y estabilidad. Esto dio excelentes frutos, permitiéndole al país décadas de crecimiento y desarrollo.

Ahora estamos en un momento distinto, nuestros yacimientos están más viejos, tienen menores leyes y costos más altos, y son menos competitivos o están más bien alineados con la realidad mundial. Esto se ha visto reflejado en la sostenida baja de nuestra participación en el mercado (de 36% a 28%). Además, los proyectos de inversión en curso son solo para mantener esos niveles.

– ¿Cuáles son los principales retos para la minería?

– Nosotros pensamos que los retos probablemente son similares a los que vive a nivel global: hacer minería es cada vez más difícil. De alguna manera la marca minería no goza de prestigio en un momento de crisis ambiental, por su intensividad en el uso de la energía, agua, por su impacto en el terreno. Por eso, creo que resulta más interesante la conversación en torno a cuál es la oportunidad, porque en Chile ya tenemos grandes faenas mineras.

– ¿Cuál sería esa oportunidad?

– Si lográsemos como país articular una visión de conjunto, con los elementos necesarios para que Chile se convierta en un líder global de minería sostenible, que produce con una baja huella de carbono, que minimiza su huella hídrica e impacto en todos los ecosistemas, que se articula con el mundo académico y el ecosistema de innovación local, incluye a las comunidades a través de empleos de buena calidad, quizás tendríamos una oportunidad de dar ese salto adelante.

No se me viene a la cabeza que exista en Chile otra actividad económica que nos brinde una oportunidad de esa dimensión. Esta suerte de coordinación permitiría además que la actividad minera se integre de lleno en nuestra economía, como un sector industrial más y no como un enclave que solo se relaciona con el país por el pago de tributos, que es lo que de alguna manera se lee en esta discusión del royalty gatillada por un incremento puntual en el precio del cobre.