En lo más reciente la práctica de invertir por este metal precioso ha mostrado un renovado auge, a propósito de las turbulencias que se gatillaron en la banca el colapso de Silicon Valley Bank en Estados Unidos.
Desde tiempos remotos que el oro es considerado como un sólido medio de intercambio por sus múltiples virtudes -depósito de valor, protector frente a shocks externos, resguardo ante la inflación, entre otras-. Pero en lo más reciente la práctica de invertir por este activo ha mostrado un renovado auge, considerando las turbulencias que gatilló en la banca el colapso de Silicon Valley Bank en Estados Unidos.
El precio del metal precioso subió a paso firme luego de que se desatara la crisis financiera en la potencia norteamericana -la que elevó el estrés entre los inversionistas,e incluso se arrastró hasta Europa, de la mano con la delicada situación financiera de Credit Suisse, entidad que finalmente fue adquirida por su rival y principal operador bancario suizo: UBS-.
Fue así como a fines de marzo el valor del oro rompió la barrera de los US$2.000 la onza por primera vez desde 2020, nivel sobre el cual se mantiene y coquetea con sus máximos históricos.
Esto, considerando que el oro perdió brillo en los últimos dos años, periodo en el que incluso alcanzó un mínimo de US$1.615 por onza en septiembre de 2022. Sin embargo, la materia prima ha logrado reponerse y en los últimos seis meses que recuperado buena parte del terreno perdido.
Cabe consignar que el oro tocó su máximo histórico en agosto de 2020, cuando cotizó en US$2.075 la onza, y con la invasión de Ucrania, en marzo de 2022, llegó hasta los US$2.070 la onza.
El oro es un activo que diversifica las carteras de inversión, y no tiene relación directa con la renta variable tradicional, sino que con otro tipo de variables, como los intereses reales.
De este modo, en el escenario actual de recesión económica y elevada inflación el apetito por el riesgo cae y los inversionistas apuntan a opciones más seguras. Lo anterior, a su vez, eleva el valor del metal a medida que más personas lo compran.
Por otro lado, este metal, según explican expertos, mantiene una correlación inversa con el dólar, aumentando o disminuyendo su valor dependiendo de la fortaleza de la divisa estadounidense. Así, desde que se iniciaron esas sacudidas en el sistema financiero que acercaron a los inversores a valores refugio como la deuda o los metales en detrimento de la renta variable, el oro acumula una revalorización del 11%, un porcentaje idéntico a lo que se aprecia en el año.
De acuerdo a un informe de Krishan Gopaul del Consejo Mundial del Oro, los bancos centrales a nivel mundial acumularon oro durante los primeros dos meses del año a un ritmo mucho más acelerado que en 2022 y que en años anteriores.
En enero y febrero, los bancos centrales compraron colectivamente 125 toneladas netas de metal, la cantidad más alta desde que estas entidades se convirtieron en compradores netos en 2010.
En su lista, Gopaul expuso que los países que reportaron las mayores compras en el 2023 fueron Singapur (51,4 toneladas), Turquía (45,5 toneladas), China (39,8 toneladas), Rusia (31,1 toneladas) e India (2,8 toneladas).
Desde inicios de noviembre de 2022 el oro inició una escalada, acumulando en el período un alza de 22,22%, llegando a US$1.988 la onza.
¿Podrían subir más los precios
Con todos estos elementos sobre la mesa, ¿sería posible ver los precios del oro batiendo récords continuamente? Según analistas, es factible.
De hecho, mencionan que si la inflación sigue siendo alta y la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decide dejar de subir las tasas de interés en un futuro cercano, lo que podría hacer antes de lo previsto, gracias a la reciente turbulencia bancaria internacional, esta es una buena noticia para el mercado del oro en 2023.
Fuente/Emol Chile Minería www.chilemineria.cl www.facebook.com/chilemineria.cl/ twitter.com/CHILEMINERIA www.instagram.com/chilemineria #chileminería, #minería, #energía,#cobre,#centrocesco, #negocios,#aprimin